Las políticas sanitarias en torno al dengue han dejado al descubierto una alarmante combinación de desinformación, decisiones influenciadas por la economía y una preocupante falta de vacunas. Así lo afirma el Dr. Leonardo Caruana, ex secretario de salud pública municipal y actual concejal, quien denuncia las inconsistencias en la estrategia nacional para combatir esta enfermedad.
Según Caruana, "falta de información sobre la campaña, decisiones sanitarias supeditadas a criterios económicos, demoras en la implementación, escasez de vacunas, no priorización de los reinfectados", entre otros factores, agravan el manejo de la situación. La incertidumbre, señala, genera una barrera para planificar y ejecutar estrategias efectivas. “Cuando cada uno por su lado tiene que ver cómo resuelve el tema, trabajar en el cuidado colectivo se vuelve muy difícil”, agregó.
Vacunación limitada y tardía
Una de las principales críticas está dirigida a la limitada cobertura de la campaña de vacunación impulsada por el Ministerio de Salud de la Nación. El actual plan abarca solo a personas de entre 15 y 39 años, a pesar de que la vacuna está aprobada para individuos de 4 a 60 años. Caruana enfatiza que “sin ningún fundamento técnico, llega tarde y es escasa”, lo que deja desprotegida a una gran parte de la población. A pesar de las consultas realizadas, las respuestas de las autoridades se limitan a “excusas y evasivas”, según el concejal.
Particularmente grave, según Caruana, es la omisión de la segunda infección, señalada como de alta peligrosidad por organismos como la OMS y el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH). “Toda persona de entre 4 y 60 años que haya tenido la enfermedad debe ser priorizada en la estrategia de vacunación”, resalta.
Fragmentación de la respuesta estatal
Una de las principales críticas está dirigida a la delegación de decisiones del gobierno nacional a las provincias en cuanto a la compra de vacunas, lo que, según Caruana, no solo encarece los costos, sino que también “subordina una importante decisión sanitaria a una definición económica”. Como resultado, la provincia de Santa Fe ha recibido apenas 20 mil dosis, cantidad insuficiente para enfrentar una enfermedad que no respeta fronteras provinciales.
Esta fragmentación de las estrategias de vacunación, que deberían ser nacionales, según Caruana, genera una mayor incertidumbre entre la población, que acude a familiares, conocidos o medios de comunicación en busca de claridad. “Dar explicaciones e información precisa es clave para gestionar el cuidado colectivo, y esto es responsabilidad del Estado”, subraya.
La salud en un contexto de desigualdad
Caruana no deja de lado otros aspectos cruciales en la lucha contra el dengue, como la fumigación, el descacharrado y la producción pública de repelentes. Sin embargo, remarca que la lucha contra el dengue también tiene una raíz social profunda. “Dos dimensiones que muchas veces desde el sanitarismo se omiten: la pobreza estructural y la desigualdad social”, fenómenos que en Argentina se agudizan y que complican aún más la respuesta frente a enfermedades epidémicas.
Para el concejal, el gobierno provincial debe dejar de “subordinarse ante un Estado Nacional completamente desdibujado que nuevamente muestra su crueldad priorizando lo económico por sobre las decisiones sanitarias”, exigiendo una gestión eficiente que ponga la salud de la población en primer lugar.
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