En vísperas de la Asamblea General en Vaca Muerta, el descontento de los trabajadores crece ante la falta de respuestas de las empresas y el gobierno.
Marcelo Rucci, Secretario General del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, lanzó una advertencia tajante sobre la inminente posibilidad de un conflicto en la industria petrolera. En diálogo con Desafío Energético, programa especializado en el sector, Rucci adelantó que la paciencia de los trabajadores está llegando a su fin. “Si no hay puertas para abrir, el único camino que queda es el conflicto”, enfatizó el dirigente sindical, en referencia a la falta de respuestas de las empresas frente a los reclamos salariales y laborales.
El malestar por la falta de mejoras salariales
El conflicto se centra en las condiciones salariales. A pesar del crecimiento de la industria, los trabajadores no han visto reflejadas mejoras en sus sueldos. Rucci fue contundente: “No ha mejorado nada. La única área donde avanzamos fue en seguridad, y eso porque tuvimos que ponernos firmes tras una seguidilla de accidentes fatales. Ahora, al menos, el trabajador vuelve a su casa. Antes, volvían mutilados o directamente no volvían”, expresó, poniendo de relieve el malestar de los empleados.
La frustración del sector es evidente, con trabajadores que sienten que sus sacrificios no han sido compensados. Rucci recordó cómo, durante la pandemia, los sueldos cayeron drásticamente. “Hemos llegado a cobrar solo el 50% de los salarios, y ahora que la industria tiene beneficios, no se reconoce a los trabajadores. Es inaceptable”, subrayó.
La dura crítica a las empresas y el gobierno
Rucci apuntó contra las empresas, acusándolas de no reconocer el esfuerzo de los trabajadores. “Mientras el país celebra sus récords de exportación de petróleo y gas, los trabajadores seguimos sin ver un peso de todo eso. Parece que no necesitan trabajadores, sino esclavos”, afirmó, dejando clara su posición ante lo que considera un trato injusto.
El sindicalista no ahorró críticas hacia el gobierno nacional, que según él, no ha hecho lo suficiente para mejorar la situación de los trabajadores del sector. “Todo lo que hemos logrado ha sido a fuerza de lucha, mientras que desde Buenos Aires no entienden lo que implica nuestro trabajo”, señaló Rucci, reflejando la desconexión entre las políticas nacionales y la realidad de los empleados en el campo petrolero.
Negociaciones sin avances y reclamos por el impuesto a las ganancias
Las recientes negociaciones paritarias también fueron motivo de enojo. Rucci calificó las conversaciones como un “fracaso total”, y advirtió que la falta de avances está llevando al sector hacia un conflicto inminente. “Nos llamaron a paritarias, pero ni siquiera escucharon lo que planteamos”, afirmó.
Otro reclamo central es el impacto del impuesto a las ganancias sobre los salarios. Aunque se lograron exenciones parciales, como en las horas de viaje y las zonas, el resto de los ingresos sigue siendo afectado. “Es una vergüenza que trabajadores esenciales, que están todo el día en condiciones extremas, sigan perdiendo tanto por este impuesto”, dijo Rucci.
Asamblea clave y medidas de fuerza
El próximo martes 1 de octubre, en Añelo, se llevará a cabo una asamblea clave donde los trabajadores definirán los próximos pasos. “Nos vamos a plantar en la asamblea. Si las empresas no reaccionan, las medidas de fuerza están sobre la mesa”, advirtió Rucci.
Con un escenario de alta conflictividad, el futuro de la industria petrolera en la región depende ahora de las negociaciones de los próximos días. Si no hay avances significativos, el sindicato ya ha dejado claro que tomará medidas drásticas. “Ya no podemos esperar más”, concluyó Rucci.