En un evento celebrado en el Vaticano para conmemorar los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares, el Papa Francisco lanzó una crítica contundente contra el accionar del gobierno argentino liderado por Javier Milei. Sin mencionar directamente al mandatario, el Papa hizo alusión a la represión sufrida por manifestantes que rechazaban el veto a la ley de movilidad jubilatoria. "El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta, le convenía", expresó.
El evento, que se llevó a cabo en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, contó con la presencia de numerosos dirigentes populares, entre ellos Juan Grabois. Durante su intervención, Francisco reiteró su apoyo a la lucha por los derechos sociales "tierra, techo y trabajo", que calificó como "sagrados", y denunció la situación de pobreza en Argentina. "Que nadie quede tirado, por favor", dijo el Papa, refiriéndose a la creciente desigualdad en el país.
Crítica a la represión y al modelo económico
El Papa mencionó un reciente episodio de represión en Argentina, describiendo cómo manifestantes que pedían por sus derechos fueron desalojados con "gas pimienta de primera calidad". Añadió: "Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas... No, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta, le convenía".
Alejandro Gramajo, miembro de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, también intervino, señalando las victorias del movimiento pero denunciando que "la gente se está muriendo de hambre" en Argentina. En respuesta, Francisco subrayó la importancia de no abandonar a los más necesitados y cuestionó la creciente acumulación de riquezas, enfatizando que "la competencia ciega por tener más dinero no es una fuerza creativa, sino una actitud enfermiza que está destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos".
Advertencias sobre las apuestas y las redes sociales
En la parte final de su discurso, el Papa Francisco abordó temas relacionados con las apuestas online y el mal uso de las redes sociales. Lamentó que las estrellas deportivas y los eventos de fútbol promuevan plataformas de apuestas, calificándolas como "una adicción" que afecta principalmente a los trabajadores y los pobres. "Eso destruye familias enteras", afirmó.
El Sumo Pontífice también hizo un llamado a los empresarios de la tecnología para que actúen de manera responsable y respeten las leyes de los países donde operan. Hizo una referencia indirecta al conflicto entre la plataforma X, propiedad de Elon Musk, y el Estado de Brasil, instando a estos actores a evitar la propagación del odio y la ludopatía a través de sus plataformas.
Cerró su mensaje con una recomendación simple pero contundente para estos empresarios: "Un consejito, paguen los impuestos".
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