El bajo caudal del Río Paraná está provocando una alarmante disminución en la cantidad de surubíes, lo que ha generado preocupación entre los pescadores de esta vital vía fluvial. En particular, los habitantes del barrio San Pedro Pescador han comenzado a expresar sus quejas debido a la falta de carnada y capturas suficientes para sostener una economía ya de por sí frágil.
En esta zona, los pescadores apenas logran atrapar algunos bagres amarillos con espinel, que solo alcanzan para el consumo interno de las pequeñas comunidades. Sin embargo, las capturas de especies más comerciales, como el surubí, son cruciales para permitirles adquirir otros alimentos, vestimenta y cubrir los gastos cotidianos de sus familias.
Actualmente, los pescadores logran capturar uno o dos surubíes por semana, con un peso promedio de 10 kilos. Los acopiadores están pagando $10.000 por kilo a los malloneros, mientras que en el mercado el precio puede llegar hasta los $12.000. Por su parte, el dorado se cotiza entre $8.000 y $10.000 por kilo. Para obtener más pescado, los pescadores se ven obligados a desplazarse unos 20 kilómetros río abajo.
Perspectivas poco alentadoras: la bajante podría extenderse otros 30 días
Según el último informe del Instituto Nacional del Agua (INA), las aguas del Paraná alcanzaron un nivel de apenas 0,61 metros en el Puerto de Rosario, seis centímetros menos que en el Puerto de Barranqueras. Este escenario marca la peor bajante del año y la segunda más baja desde 1970. El nivel más alto de este año se registró el 9 de mayo, cuando alcanzó los 4,4 metros, pero desde principios de septiembre los niveles del agua han sido bajos debido a la escasez de precipitaciones.
El promedio de la primera semana de septiembre es uno de los más bajos en más de cinco décadas. Las perspectivas indican que esta situación persistirá durante al menos 30 días, con pequeñas fluctuaciones influenciadas por el ciclo de operación de la represa de Yacyretá, aunque su impacto será limitado en la zona de Rosario y casi nulo en el Delta.
El déficit hídrico en la cuenca alta del Paraná, así como en el río Paraguay, también está acercando los niveles de agua a mínimos históricos. En contraste, el río Uruguay mantiene niveles más estables, dentro de lo considerado normal.
La Niña: un fenómeno climático que agrava la situación
El fenómeno de "La Niña" continúa afectando la región, disminuyendo las probabilidades de lluvias regulares pero incrementando las tormentas aisladas, que impactarán principalmente en el sur y centro de Santa Fe. Sin embargo, no se prevén grandes acumulados de agua; las lluvias oscilarán entre 1 y 10 mm, con algunas áreas que podrían recibir hasta 20 mm, acompañadas de ráfagas de viento, actividad eléctrica y granizo.
Hay un 41% de probabilidad de que se desarrolle una fase fría (La Niña) durante este trimestre, mientras que un 55% sugiere la continuidad de condiciones neutras. Las previsiones hidrométricas indican niveles cercanos a cero en el corto plazo. El informe del INA advierte que el aporte de la alta cuenca, proveniente de Brasil y Paraguay, se mantendrá por debajo de lo normal.
La sequía en Brasil, especialmente en la cuenca alta, ha sido uno de los factores principales que ha generado esta crisis. Los expertos no descartan que la situación empeore en las próximas semanas debido al inicio oficial del fenómeno de La Niña, que traerá un régimen de lluvias aún más escaso en toda Sudamérica. Según las proyecciones más optimistas, no se espera que el nivel del Paraná supere el metro hasta, al menos, mediados de noviembre.
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