Subsistir con el pluriempleo: El ingreso formal de los rosarinos es hoy la mitad de lo que percibían en 2017.
Los datos oficiales de pobreza publicados por el Indec para el primer semestre de 2024 no solo muestran un panorama alarmante, sino que destacan la mayor brecha de pobreza registrada desde 2016. Este indicador mide la distancia entre los ingresos de los hogares y el costo de la canasta básica total, necesaria para cubrir las necesidades esenciales de una familia.
En los primeros seis meses de este año, la brecha de pobreza alcanzó el 42,6%, un aumento significativo comparado con el 37,8% del mismo periodo en 2023, e incluso superando el 41,2% registrado al inicio de la pandemia. El deterioro de los ingresos, que comenzó antes pero se intensificó con la gestión de Javier Milei, junto con la inflación descontrolada de principios de año, sumió a miles de familias argentinas en la pobreza.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), una familia promedio necesitaba $709.300 para cubrir lo básico, mientras que los ingresos de los hogares pobres rondaban los $407.171. Este cálculo incluye todo tipo de ingresos, tanto formales como informales, lo que evidencia que ni siquiera el pluriempleo es suficiente para muchas familias salir de la pobreza.
A la vez que el costo de la canasta básica alcanzaba niveles récord, los salarios no registrados sufrieron una caída pronunciada, especialmente en el último año. Pero este fenómeno no solo afectó a los trabajadores informales; los empleados del sector privado registrado también vieron un fuerte retroceso en sus ingresos durante la primera mitad de 2024.
Un estudio reciente del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) mostró que la relación entre la mediana de los salarios y la canasta básica total se redujo drásticamente. En 2017, los salarios superaban la canasta en un 11,9%, pero al cierre de 2019 ya estaban un 11,4% por debajo, lo que representa una caída de 23,3 puntos. Durante la gestión de Milei, esta relación alcanzó su nivel más bajo (73,6%) y en junio de 2024 apenas logró recuperarse al 85,8%, similar a los niveles de noviembre de 2023.
Este aumento en la pobreza no se debe solo a la pérdida del poder adquisitivo, sino también a la caída de la actividad económica, que generó más desempleo y, por ende, más pobreza. Durante el primer semestre de 2024, la actividad económica fue un 3,2% menor que en el mismo período de 2023. Si se excluye el sector agropecuario, que comparó contra un 2023 afectado por la sequía, la retracción económica fue del 6,6%. En consecuencia, la pobreza creció notablemente en el país, ubicándose 12,8 puntos porcentuales por encima del mismo período del año pasado.
Si bien los datos reflejan una realidad nacional, confirman la tendencia observada en el Gran Rosario. Un informe de la Fundación Banco Municipal reveló que el poder adquisitivo de los salarios en la región cayó a la mitad de lo que representaba en 2017. Además, el fenómeno del pluriempleo se ha consolidado en los últimos tres años como una estrategia de supervivencia frente a la crisis.
El informe también subraya que los trabajadores cuentapropistas de la región son los más afectados por el contexto económico, aunque los asalariados, tanto formales como informales, también han sufrido una disminución en sus ingresos, aunque en menor medida, salvo aquellos que trabajan en el sector público.
En este contexto, con ingresos cada vez más deprimidos, muchas familias recurren a múltiples empleos para subsistir, tratando de sortear la difícil tarea de llegar a fin de mes. Esta situación refleja las estrategias que adopta la clase media y baja para enfrentar un escenario de precios en constante aumento y una economía en declive, sin importar el sector.