Consumo masivo en caída: ¿una nueva crisis en puerta? El consumo podría caer a niveles similares a la crisis de 2001.

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El consumo masivo en Argentina muestra señales alarmantes, que sugieren una posible contracción comparable con la crisis de 2001. A pesar de que el Indec informó una mejora del 1,7% en la actividad económica de julio respecto a junio, el panorama para el consumo sigue siendo desolador.

Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, explicó en una entrevista con Noticias Argentinas que el consumo de productos empaquetados —incluyendo alimentos, bebidas, productos de higiene y cosmética— registró una caída del 17,2% en agosto en comparación con el mismo período del año anterior. "Todos los canales de venta están en terreno negativo", advirtió. “El supermercadismo cayó un 18%, los autoservicios un 17%, y los almacenes y kioscos cerca del 17%. No hay ningún sector que se esté salvando de esta tendencia”. Entre los más afectados, destacó los productos de higiene y cosmética, así como las bebidas alcohólicas, que experimentaron caídas superiores al 20%.

Un 2024 con cierre negativo

Del Río anticipó que la situación no mejorará en lo que queda del año. “Posiblemente veamos caídas de doble dígito hasta noviembre inclusive”, alertó. Según sus estimaciones, el 2024 podría cerrar con una retracción superior al 10%, lo que lo colocaría como uno de los peores años en términos de consumo masivo en las últimas tres décadas.

No obstante, mencionó que desde abril hasta agosto las ventas han mostrado cierta estabilidad: “Estamos fijando una nueva base, que va a perdurar, al menos, hasta el 2025”, aunque aclaró que esta "estabilidad" corresponde a niveles de consumo muy bajos. “Estamos hablando de una nueva normalidad de bajo consumo, que será muy difícil de revertir en el corto plazo”, sostuvo.

Inflación, salarios y el futuro incierto

La fuerte inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos han sido factores clave en esta contracción del consumo. Del Río destacó que el salario real ha caído significativamente durante el primer semestre, lo que ha llevado a los consumidores a migrar hacia segundas y terceras marcas. “La gente ya viene desde hace tiempo buscando productos más económicos, tratando de hacer rendir al máximo su capacidad de compra”, comentó.

Aunque algunas negociaciones salariales han permitido una leve recuperación, el desequilibrio entre ingresos e inflación sigue siendo considerable. Consultado sobre el futuro cercano, Del Río fue contundente: “No vemos una mejora en el corto plazo. Las caídas van a continuar, y aunque el consumo se ha estabilizado, la situación no deja de ser preocupante”.

Por último, advirtió que el contexto político y económico tras las elecciones podría generar más ajustes que impacten en el bolsillo de los consumidores. “En diciembre, después del período electoral, es probable que se pongan en blanco y negro algunas situaciones concretas que sigan afectando al bolsillo de la gente”, concluyó.

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