El impacto de la recesión económica se ha hecho sentir en los locales gastronómicos de Rosario, con una caída en el consumo que varía entre el 18% y el 35% respecto al año anterior. Este descenso está directamente vinculado a la difícil situación económica, lo que ha obligado a muchas personas a reducir sus salidas y limitar su gasto en ocio. Sin embargo, el sector mantiene una mirada optimista hacia el futuro, apoyándose en tres factores clave: la mejora macroeconómica, el refuerzo en la seguridad y la llegada del buen clima.
Carlos Mellano, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario, explicó que “a nivel nacional, la caída interanual es del 18%, y en Rosario la tendencia es similar. El clima frío extremo de este invierno, uno de los peores en 30 años, también ha influido negativamente en el consumo”. A pesar de esto, Mellano subrayó que la llegada de la primavera traerá consigo una reactivación de la actividad, favorecida por un clima más cálido. “La apertura de veredas, terrazas y espacios al aire libre también está impulsando el regreso de los clientes a los bares y restaurantes”, comentó durante una entrevista en la radio LT3.
El dirigente también señaló que la estabilidad macroeconómica juega un papel fundamental en la recuperación del sector. Si bien la recesión ha llevado al cierre o cambio de propietarios de varios locales, también se observan nuevas aperturas, lo que deja un panorama incierto pero esperanzador para el verano. “El futuro del sector dependerá en gran medida de las condiciones climáticas favorables”, señaló Mellano.
Por otra parte, la disminución en los índices de criminalidad es otro punto positivo. Mellano destacó que la mayor sensación de seguridad ha motivado a más personas a salir y disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad. “Estamos en un período de mayor paz, lo cual también puede influir positivamente en el turismo y en nuestra actividad”, añadió.
A pesar de los desafíos, Mellano descartó un “cierre masivo de locales”. Reconoció, sin embargo, que tras la pandemia, alrededor de 200 comercios han cerrado sus puertas o cambiado de rubro. Aunque los precios se han mantenido relativamente estables, la inflación sigue impactando a los consumidores, representando un obstáculo para el crecimiento del sector.