El Gobierno nacional ha decidido mantener su firme postura en materia económica, sin mostrar señales de modificar su discurso a pesar de la creciente crisis. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la pobreza alcanzó el 52,9% y la indigencia el 18,1%. Sin embargo, una fuente oficial expresó: “No tomamos decisiones en base a sensibilidades que nos quieren imponer”, dejando claro que el gobierno libertario mantendrá su enfoque, pese al deterioro socioeconómico.
Las fuentes consultadas aseguran que tampoco habrá un cambio en las políticas dirigidas hacia los jubilados, incluso tras el veto presidencial a la ley de recomposición de haberes. En palabras de un vocero: “Esto es como un hospital de guerra, cuando llegan los heridos, tenés que atender al más grave”, en referencia a que el foco principal sigue siendo la niñez, dado que el 66,1% de los menores viven en situación de pobreza, según el Indec.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defendió la reducción del gasto público, que ha disminuido un 30% en lo que va del año. En un evento reciente, aseguró que el Ejecutivo continuará con su política de ajuste: “El presidente Milei ya logró bajar el gasto un 30% este año y vamos a seguir en ese camino de recortes con la deep motosierra porque el compromiso del equilibrio fiscal no se negocia”, afirmó en el 29° simposio internacional de Economía.
El presidente Javier Milei también ratificó su postura durante su visita a Wall Street, subrayando que no habrá cambios en el rumbo económico, a pesar de una baja en su imagen en las encuestas. “No estamos dispuestos a negociar bajo ningún punto de vista el equilibrio fiscal”, destacó enfáticamente en su intervención ante inversionistas en Nueva York.
Milei, además, volvió a elogiar al ministro de Economía, Luis Caputo, por alcanzar el superávit financiero. “Va ser recordado como el mejor ministro de Economía de la historia, porque está haciendo una tarea enorme”, aseguró el mandatario.
Desde el Ejecutivo están convencidos de que su base electoral no se verá afectada por el aumento de la pobreza, confiando en que sus votantes lo atribuyan a la "pesada herencia" del kirchnerismo.