En una jornada marcada por la tensión en la Legislatura, el oficialismo liderado por Jorge Macri logró aprobar el Código urbano en primera lectura, gracias a los votos de sus aliados y de los libertarios no karinistas. Sin embargo, este avance desató una fuerte disputa interna en el PRO, donde Mauricio Macri acusó a Patricia Bullrich de "mentirosa" tras la abstención de sus legisladores.
La situación se tornó más complicada cuando se filtraron negociaciones del peronismo para incluir la obligatoriedad de viviendas para encargados en edificios de más de 25 unidades. Esta modificación, que pretendía beneficiar al gremio Suterh de Víctor Santa María, generó un llamado a cuarto intermedio por parte del oficialismo.
El bloque que encabeza Juan Pablo Arenaza, alineado con Bullrich, decidió abstenerse en la votación, al igual que el peronismo. Los libertarios karinistas y la izquierda también manifestaron su rechazo al código. A pesar de los rumores sobre una posible ruptura del bloque de Bullrich para unirse a los libertarios, el entorno de la ministra desmiente esta posibilidad por el momento.
Mauricio Macri no se contuvo y acusó a Bullrich de "manipular la verdad" y de referirse a "pactos inexistentes," lo que consideró una falta de respeto hacia el jefe de Gobierno. Bullrich respondió que "lamento que el expresidente Macri encubra pactos espurios," haciendo alusión a las denuncias públicas del diputado Arenaza que habrían evitado la votación.
En medio de esta controversia, se lograron modificaciones en aspectos como volumetría y menor discrecionalidad en las decisiones del Ejecutivo, pero Pilar Ramírez criticó la falta de tiempo para debatir el Código. Desde el oficialismo, se argumenta que su rechazo no está relacionado con el código en sí, sino que busca la aprobación de iniciativas como el RIGI y el blanqueo, que actualmente enfrentan escasas posibilidades de éxito. Además, Ramírez aún no ha conseguido resolver la disputa por el nombre "La Libertad Avanza," que continúa compartiendo con Ramiro Marra.