Organizaciones de jubilados, la CGT, movimientos sociales y periodistas fueron duramente reprimidos este miércoles en las inmediaciones del Congreso Nacional, luego de que la Cámara de Diputados ratificara el veto presidencial de Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria.
La tensión, que estuvo latente desde las primeras horas de la mañana, escaló dramáticamente durante la tarde. Los incidentes se desataron después de que la Cámara Baja aprobara el veto, provocando una fuerte reacción de los manifestantes. Estos derribaron las vallas de seguridad instaladas en la zona, lo que llevó a la Policía Federal a responder con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
“No hay mucho más para decir, las imágenes son claras. Teníamos la información de que iban a generar desmanes”, afirmó una alta fuente de la Casa Rosada, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas. Según esta misma fuente, la sesión “no se debió realizar” debido a la falta de votos de la oposición y la posibilidad de disturbios.
Fuentes oficiales también calificaron la protesta como una “puesta en escena”, indicando que algunos sectores buscaban que los grupos más radicales del kirchnerismo y la izquierda se manifestaran para generar caos en las calles. “Y ante eso, la policía actúa. Eso es lo que estamos viendo, ni más ni menos”, señalaron.
La represión tuvo lugar en las cercanías del anexo del Parlamento, en la Plaza Congreso, un espacio tradicional de protestas, ubicado entre las avenidas Entre Ríos, Callao e Hipólito Yrigoyen. Durante la tarde, el Ministerio de Seguridad reportó que 16 personas resultaron heridas, de las cuales tres fueron hospitalizadas. Además, se registraron tres detenciones, de las cuales ya se identificó a uno de los arrestados.
Las organizaciones sociales, piqueteras y sindicales que encabezaron la protesta desafiaron la fuerte presencia de fuerzas de seguridad, quienes tenían la orden de aplicar el protocolo antipiquetes. Este dispositivo ya había sido implementado durante otras manifestaciones en semanas recientes.
Para controlar la situación, la cartera de Seguridad, bajo la dirección de Patricia Bullrich, desplegó un operativo coordinado con las autoridades porteñas. Participaron efectivos de la Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, así como la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, en un esfuerzo conjunto por mantener la circulación vehicular y evitar cortes de calles.
Entre las organizaciones que participaron en la movilización, se destacaron la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el Movimiento Evita, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, liderado por Juan Grabois. Estas agrupaciones mantuvieron su firme postura en contra del veto, a pesar de la represión sufrida.
