La severa bajante del río Paraná está llevando a muchos barcos a evitar la Hidrovía, mientras otros optan por cargar menos toneladas para evitar encallar. En Bolivia, las navieras han suspendido sus operaciones de carga, afectando una de las autopistas fluviales más importantes del mundo, mientras que en el puerto de Bahía Blanca la actividad ha aumentado significativamente debido a esta crisis hídrica.
Este año, la Prefectura Naval Argentina ha limitado el calado máximo a 8,88 metros para la navegación en el Paraná. Sin embargo, al menos cinco embarcaciones con un calado de 10 metros han quedado detenidas, incapaces de avanzar debido a la pronunciada baja del río.
Las autoridades han expresado su preocupación ante la situación, señalando que “varios barcos no pueden salir de los puertos debido a la continua bajante, lo que imposibilita la navegación sin riesgo de encallar”. Actualmente, hay buques fondeados en las áreas de San Nicolás, Villa Constitución y Rosario.
Aunque la situación no es tan crítica como la que se vivió en 2020, el recuerdo de esa dramática bajante pone en alerta a los usuarios de la Hidrovía Paraná-Paraguay. En ese entonces, el río bajó tanto que dejó paisajes desolados, con personas caminando por su lecho seco y varios tramos de la ruta navegable totalmente intransitables.
Funcionarios de la Prefectura aseguran que la actual bajante no alcanzará la severidad de la que ocurrió entre 2020 y 2022, mientras que expertos climáticos atribuyen la situación a las escasas precipitaciones en Brasil. Aunque este invierno ha sido complicado, no se espera que sea tan devastador como lo fue en 2020.
Bahía Blanca y los camioneros, ganadores en medio de la crisis
Frente a la bajante del Paraná, los despachantes de granos han recurrido a alternativas terrestres para llevar sus productos al océano Atlántico. Utilizando camiones y trenes, están desviando la carga hacia Bahía Blanca, cuyo puerto está trabajando a su máxima capacidad. Se estima que entre septiembre y diciembre, más de medio millón de toneladas de cereales llegarán a este puerto si la situación en el Paraná persiste.
Este redireccionamiento implica la llegada de cerca de 20.000 camiones que transportarán cereales, permitiendo que los buques en Bahía Blanca carguen hasta 8.000 toneladas antes de partir hacia el mar. Esta solución surge como respuesta a la incapacidad de navegar por el Paraná, pese a los esfuerzos de dragado realizados por la empresa belga Jan de Nul. Las restricciones impuestas por la Autoridad General Portuaria (AGP) limitan el dragado cuando la bajante es muy pronunciada.
En Rosario, la Bolsa de Comercio informó que la carga promedio de los buques en la Hidrovía disminuyó “un 6% respecto al mismo mes del año pasado”. La entidad también destacó que el río Paraná ha alcanzado niveles mínimos comparables con los de enero de 2023, y en la primera semana de septiembre registró su segundo nivel más bajo desde 1970.
La situación ha generado gran preocupación entre los exportadores agrícolas, ya que no se esperan mejoras significativas en el caudal del río en los próximos meses. Mientras tanto, en Bolivia, las navieras que operan hacia los puertos bolivianos han detenido sus actividades, afectando el acceso de barcazas a través del Canal Tamengo, que conecta con tres puertos clave para la importación de diésel y nafta, así como la exportación de soja.
En Rosario, los expertos advierten que el nivel hidrométrico del Paraná ha disminuido drásticamente desde mayo, cuando alcanzó un pico superior a los tres metros. Actualmente, el nivel del río en Rosario apenas supera el medio metro, situándose “un 74% por debajo del mismo período en 2023”. Para encontrar una situación similar en septiembre, hay que remontarse hasta 1970.
La crisis de la bajante sigue causando estragos en la navegación y la agroexportación, mientras los puertos alternativos y el transporte terrestre buscan sacar ventaja de la situación.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.