El Día del Jubilado, que debería ser una jornada de celebración, se transformó en una protesta amarga para miles de jubilados en Rosario. Más de 3.000 personas se congregaron en la Plaza 25 de Mayo para alzar la voz contra lo que consideran el “genocidio” de los adultos mayores en Argentina, en medio de una profunda crisis económica y social que afecta sus ingresos y condiciones de vida.
La manifestación, liderada por el Frente de Jubilados en Lucha (Frejel) y la Mesa de Jubilados, contó con el apoyo de gremios, organizaciones políticas, sociales y estudiantes. Entre los principales reclamos estuvieron la exigencia de haberes dignos que igualen el costo de la canasta básica, cobertura total de medicamentos y transporte gratuito.
El veto de Milei y la furia de los jubilados
La reciente decisión del presidente Javier Milei de vetar la nueva fórmula previsional fue el detonante principal de la movilización. La medida bloqueó un ajuste en las jubilaciones ya aprobadas por el Congreso, lo que provocó indignación entre los manifestantes. "Estamos sufriendo un perverso saqueo por parte del gobierno autoritario de Milei, dirigido por un puñado de multimillonarios", señalaron durante el acto.
Además, las críticas no se limitaron al ámbito nacional. Los manifestantes también cargaron contra el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro y su reforma previsional, que busca paliar el déficit de la Caja de Jubilaciones provincial, cargando el peso de las reformas sobre los trabajadores.
La lucha por derechos básicos
El acto, que comenzó con canciones interpretadas por artistas populares y callejeros, fue testigo de discursos encendidos de más de veinte oradores. Lorena Almirón (ATE Rosario), Edgardo Carmona (Sindicato de Prensa Rosario) y Federico “Pachi” Gayoso (Coad), entre otros, alzaron la voz para exigir condiciones dignas para los jubilados.
Uno de los reclamos más urgentes fue el ajuste de los haberes jubilatorios. Actualmente, la canasta básica supera los 900 mil pesos, mientras que la jubilación mínima, incluso con un bono de 70.000 pesos, apenas llega a los 304.000. A esto se sumó la queja por la reducción en la cobertura de medicamentos esenciales: "44 medicamentos que antes estaban cubiertos al 100%, ahora lo están solo al 50% o directamente al 0%", señalaron.
Carlos Abruzo, miembro del Frejel, denunció la violencia ejercida contra quienes protestan: "Tenemos compañeros que deben elegir entre comer o comprar remedios. Reclamar es nuestro derecho, y no podemos ser reprimidos por eso".
Educación, salarios y la crisis previsional
Otro de los temas centrales de la movilización fue la defensa de la educación pública. Los jubilados y organizaciones presentes acordaron sumarse a la marcha del próximo 2 de octubre en defensa de la educación y en rechazo al veto presidencial que afecta el financiamiento universitario. En este contexto, el vínculo entre trabajo, educación y derechos previsionales quedó expuesto como parte de una crisis más amplia.
Juan Ísola, también del Frejel, denunció que desde diciembre de 2023 el gobierno ha implementado ajustes que solo profundizan la crisis: "Es una crisis autogenerada para reducir salarios y jubilaciones. Al mismo tiempo, los precios de alimentos, transporte y medicamentos suben sin control". También criticó la fórmula de ajuste por IPC que intentaron implementar, asegurando que el verdadero reclamo es que las jubilaciones representen el 82% del salario de un trabajador activo.
La urgencia de un cambio
El mensaje de los manifestantes fue claro: es urgente un cambio en las políticas económicas y previsionales. Tanto el gobierno nacional como el provincial fueron señalados como responsables de una crisis que afecta profundamente a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
"Basta de genocidio a jubilados y pensionados", fue la consigna que resonó una y otra vez durante la protesta, mientras los jubilados se preparan para continuar la lucha en las calles hasta que sus demandas sean escuchadas.