El sistema de transporte público de Rosario atraviesa una crisis profunda. Según un informe reciente del Observatorio Social del Transporte (OST), difundido por el concejal Mariano Romero, los pasajeros en la ciudad pueden esperar hasta 54 minutos un colectivo en hora pico. El informe, que evaluó el 38% de las líneas en la esquina de Laprida y Santa Fe, revela que el 57,9% de las líneas incumplen la grilla horaria en los momentos de mayor flujo de pasajeros.
"El transporte de Rosario está en una crisis terminal, con el boleto más caro de la historia -comparado con el salario mínimo- y un servicio pésimo", sostuvo el edil Mariano Romero, quien ha sido una de las voces más críticas de la situación actual. El concejal también resaltó que las frecuencias son cada vez peores, las flotas de colectivos están en condiciones precarias, y la falta de previsibilidad se debe a la ausencia de inversión en tecnologías clave como los sistemas de GPS.
Romero también señaló que muchos rosarinos están abandonando el uso del transporte público debido a la mala calidad del servicio, y están buscando otras formas de movilidad. "Lo extraño sería que siguieran tolerando esta situación", añadió.
Para Romero, la crisis se debe en gran medida a la eliminación de los subsidios al transporte del interior por parte de Javier Milei, lo que ha generado un impacto negativo considerable en el sistema. Sin embargo, también responsabiliza a la gestión local del transporte, que según él, ha sido ineficaz en un contexto de crisis económica nacional. "Es un combo explosivo", afirmó.
El edil criticó duramente a la Municipalidad por estar alineada con el gobierno nacional y trasladar el costo del ajuste al precio del boleto, lo que, en su opinión, es un grave error. "El Estado municipal debería fortalecer el fondo compensador local, controlar los incumplimientos del pliego y sancionar", sugirió, subrayando que estas medidas podrían mejorar el servicio y hacerlo más accesible.
El informe del OST destaca que la situación ha empeorado notablemente en comparación con marzo de 2019, antes de la pandemia. En líneas como la 126 Roja y Negra, la frecuencia en hora pico ha pasado de 12 minutos a 34 minutos, y en otras líneas se han detectado baches de hasta 54 minutos.
Romero advierte que si no se toman medidas urgentes, el sistema de transporte público en Rosario corre el riesgo de colapsar, lo que tendría un efecto dominó sobre el comercio, la producción y el empleo en la ciudad, además de dejar aislados a muchos barrios.