Newell’s tuvo una noche para el olvido, cayendo 4-1 ante Estudiantes en el Coloso Marcelo Bielsa. A pesar de ponerse en ventaja a los cinco minutos de juego con un gol de Tomás Pérez tras un gran centro de Carabajal, el equipo dirigido por Sebastián Méndez no pudo mantener el nivel y fue ampliamente superado por el Pincha. La derrota llega en un mal momento, justo antes del crucial Clásico contra Rosario Central en el Gigante de Arroyito.
La Lepra experimentó con un cambio de esquema que resultó desastroso. La línea de tres defensores se mostró frágil e insegura, con Vangioni, Velázquez y Salcedo sin encontrar coordinación. Vangioni retrocedía demasiado debido a su falta de físico, mientras que Velázquez no se sentía cómodo desplazándose a la derecha. Salcedo, por su parte, intentaba cubrir todos los espacios, pero se vio superado por los atacantes rivales, Carrillo y Giménez.
Fernando Cardozo también tuvo dificultades, dudando entre atacar o defender a Piatti, quien aprovechó para moverse con libertad. El paraguayo no pudo aportar mucho al equipo, y Carabajal, quien reemplazó a Banega, tuvo poca participación en el juego, dejando a Newell’s sin capacidad de construcción ofensiva.
El desorden táctico y las ausencias de jugadores clave fueron factores determinantes en la derrota. Ni siquiera el gol tempranero de Pérez sirvió para estabilizar al equipo. La vulnerabilidad defensiva de Newell’s quedó expuesta cuando Carrillo empató el partido tras un error defensivo de Salcedo. Poco después, Piatti puso el 2-1 con un gol a la carrera, aprovechando la falta de marca de Cardozo.
El segundo tiempo fue una pesadilla para la Lepra. Carrillo anotó el tercero tras un doble error de Vangioni y una exposición defensiva de Pérez. Piatti cerró la cuenta con un cuarto gol, ante la pasividad de la defensa rojinegra.
Estudiantes, a pesar de su dominio, decidió no aprovechar más oportunidades y prefirió manejar el partido con calma. La derrota dejó a Newell’s anímica y futbolísticamente destruido, con la difícil tarea de recuperarse para el Clásico contra Central, un partido que puede definir el ánimo y la dirección del equipo en lo que resta de la temporada.