El uso de la capacidad instalada en la industria argentina se desplomó al 54,5% en junio de 2024, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Este porcentaje refleja que las empresas están operando con casi la mitad de su capacidad, lo que marca una importante desaceleración en la actividad industrial del país.
En comparación con el mismo mes de 2023, cuando el índice alcanzó el 68,6%, la caída es cercana al 15%. Este descenso posiciona al mes de junio como el segundo peor del año, superado solo por marzo, cuando el indicador alcanzó su punto más bajo desde la salida de la pandemia, con un 53,4%.
El Indec elabora este índice midiendo la proporción utilizada de la capacidad productiva del sector industrial, basado en un panel de entre 600 y 700 empresas. El cálculo toma en cuenta la producción máxima que cada sector puede alcanzar con la capacidad instalada actual, incluyendo el potencial de aprovechamiento máximo de las plantas y los paros necesarios para mantenimiento.
A pesar de la caída general, el Indec señaló que no todos los sectores industriales se ven afectados de la misma manera. De hecho, sectores como la refinación de petróleo (80,8%), sustancias y productos químicos (66,3%), papel y cartón (60,4%), alimentos y bebidas (59,4%) e industrias metálicas básicas (56,6%) mantuvieron niveles de utilización de la capacidad instaladas "superiores al promedio general".
Por otro lado, los sectores más afectados fueron los productos minerales no metálicos (46,8%), productos textiles (43,9%), metalmecánica excepto automotores (42,0%), edición e impresión (41,3%), productos de caucho y plástico (39,4%), industria automotriz (39,0%) y productos del tabaco (35,4%), que "quedaron por debajo del nivel promedio general".
Esta desaceleración en la industria refleja el desafío económico que enfrenta el país, donde la falta de dinamismo productivo impacta en diversos sectores clave, afectando tanto el empleo como el crecimiento económico.