El viaje sigue y esta vez vamos a Jujuy con su antigua ciudad capital y su variedad de pueblos que no podes dejar de visitar, así que acá te mostramos algo. En camino al norte de la provincia, se cruza el Trópico de Capricornio, así que te bajas ahí, te sacas fotos en el monolito, la subís a las redes y la compartís con nosotros.
San Salvador de Jujuy es una ciudad tranquila, pero tiene mucho movimiento de gente, así que seguimos viaje y nos dirigimos al norte por la Ruta Nacional 9, la misma que conecta varias poblaciones que son dignas de conocer.
Purmamarca
Si bien es considerado pueblo de paso, cada día son más los turistas que eligen quedarse y conocer sus alrededores. En lengua aimara significa Ciudad del Desierto, pero en el sentido de virgen, o sea lugar no tocado por la mano humana, de allí que la traducción más adecuada en esta lengua sea Pueblo de Tierra Virgen. Pero en lengua quechua significa Pueblo del León, palabra relacionada con la etnia Omaguaca originarios de la Quebrada de Humahuaca. La Quebrada de Purmamarca, es un gran valle frente al río Grande y acá son típicos los grandes cardones de los cerros que le dan una característica y una atmósfera especial.
Purmamarca es quizás el más pintoresco de los pueblos de la región, que ya existía en tiempos de la conquista americana. Su Iglesia, consagrada a Santa Rosa de Lima es de 1648 y durante sus fiestas patronales no faltan sikuris, erkes, cajas, guitarras y bombos que alegran los festejos. En uno de sus lados se encuentra un algarrobo que se cree tiene unos 650 años, con una copa de unos 30 mts de diámetro y se dice que bajo su sombra, descansaron las tropas del Ejército del Norte comandadas por Manuel Belgrano.
El pueblo es pequeño y con una breve caminata se lo puede recorrer y descubrir sus calles y edificios antiguos. En la plaza principal funciona todos los días una colorida feria de artesanías que recibe a cientos de turistas.
Por las noches, sus peñas se llenan de gente a la espera de un buen espectáculo y de las exquisiteces locales. En nuestra estadía en Purmamarca, una noche fuimos a una de las tantas a disfrutar de un show folklórico, platos típicos y un buen vino tinto.
El entorno del pueblo es bellísimo: el Cerro Siete Colores, el Paseo de los Colorados y el rio Purmamarca dan un marco espectacular. El cerro, famoso por las tonalidades de colores que brindan los diferentes minerales en sus laderas, debe ser el cerro más fotografiado del país. Si queres apreciar su esplendor, te recomiendo madrugar y ver la salida del sol, cuando se reflejan los primeros rayos sobre las rocas de distintos colores, desde las afueras del pueblo. Así que, desayuna temprano, prepará tu cámara y espera que el Sol se encargue de darle brillo al cerro para tomar las mejores fotos de tu viaje. Los colores que podés apreciar son: amarillo, café, rojo, naranja, verde, morado y blanco y crean un espectáculo natural que debes apreciar.
Desde el 2003 es Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO.
La imponente belleza de los cerros rojos hace que el Paseo de los Colorados sea un camino obligado. Un circuito de 3 kilómetros que se realiza por una huella de tierra rodeando cerros colorados muy cercanos al pueblo. El recorrido nace en el pueblo y pasa por el cementerio local en donde el culto a los muertos tiene gran significado para los habitantes de los pueblos de la quebrada. Visitar el cementerio es un encuentro con el pasado y hay sensaciones encontradas en la originalidad de las construcciones en honor al difunto.
Lo primero que ves al llegar al pueblo son los puestos de artesanía ubicados en la plaza 9 de Julio sobre una de las calles de tierra. Vas a encontrar tejidos, cerámicas, adornos, plantas y adornos. Todo con esos colores alegres y típicos del norte argentino. Pero también vas a encontrar puestos de productos típicos de la zona, como empanadas dulces, tortillas o tamales y otras delicias. El lugar es tranquilo y agradable y merece la pena sentarse a descansar bajo la sombra de los árboles mientras ves el mundo pasar muy lentamente.
Frente a la plaza está la Iglesia Santa Rosa de Lima, construida en arcilla, pintada a la cal y rodeada por un patio de algarrobos. Fue construida en 1648 y declarada Monumento Histórico Nacional en 1941. La iglesia lleva el nombre de la primera Santa Americana y es muy sencilla, de arquitectura colonial, pero no se pueden tomar fotos del interior.
Un día nos fuimos a visitar Salinas Grandes a 60 km de Purmamarca, un gran salar que comparten las provincias de Salta y Jujuy, que tiene millones de años y en su momento estaba cubierto de aguas con gran cantidad de sales provenientes de la actividad volcánica, la evaporación de las aguas saladas dio origen al salar que tiene una costra de 30 cm de espesor. Pero antes de llegar a las Salinas hay que pasar por la Cuesta del Lipán, un tramo zigzagueante y empinado de la RN 52, de unos 17 km de extensión, que alcanza una altura máxima en Abra de Potrerillos a 4.170 metros de altura. En su altura máxima, te aseguro que las vistas de los cerros del altiplano argentino son fantásticas, pero cuidado porque es una ruta muy transitada, ya que es el principal medio de acceso al Paso de Jama para cruzar a Chile y muchos camiones circulan por aquí.
Al llegar a las salinas, encontras un parador para visitantes, donde hay un pequeño mercado atendido por trabajadores que tienen su cara y sus manos quemadas por el sol y la sal y te muestran que acá el trabajo es duro y el clima es extremo, por eso se cubren. Ellos quieren vender algunos recuerdos y tallas hechas en bloques de sal y piedra laja y te llamará la atención verlos así, pero después de un rato en el lugar entenderás. Si lo visitas, lleva protector solar, lentes de sol, sombrero y agua, porque con el reflejo del sol en la sal, corres serio riesgo de insolarte.
Podes visitar los piletones donde se realiza los trabajos y ver cristales de sal formándose bajo esas temperaturas extremas. Las Salinas Grandes, son de las mayores depresiones de la provincia con más de 12.000 hectáreas de sal a cielo abierto, que encandilan el paisaje desde la distancia por la vastedad infinita del color blanco y brindan un show visual único en temporadas de lluvias ya que se cubren de agua y producen un panorama de color turquesa con vista al nevado de Chañi a sus espaldas.
En el interior del salar hay varios caminos marcados, pero no se recomienda recorrerlos sin conocerlos. Pero si seguís la ruta principal, llegas a San Antonio de los Cobres en Salta (que ya vimos la semana pasada) después de recorrer un camino de piedra suelta, solo recomendado para vehículos 4x4. Tuvimos la oportunidad de hacer ese camino, en un coche pequeño, unos años antes y fue bastante duro, pero a la vez muy lindo ya que ves las llamas y vicuñas que caminan libres y tienen como única compañía la inmensidad del lugar y las montañas. Al llegar a San Antonio, muchos chicos nos rodearon al grito de ¡Turistas!. La población nos dio un poco de tristeza por la soledad e inmensidad del lugar. No olvidamos la cara de una niña que nos regaló una piedrita como recuerdo.
Maimara
En lengua Omaguaca significa Estrella que Cae y está muy cerca de Purmamarca. Por ser más húmeda está llena de quintas que aprovisionan de frutas y verduras a las localidades cercanas. En la antigüedad estuvo poblado por indios Maimara y hoy el lugar conserva vestigios y costumbres de esa cultura. Si estas por la zona, es un pecado no conocerlo y la paz del lugar te va a reconfortar. Un sitio para destacar y quizá el más pintoresco, sean sus montañas que parecen pintadas por una mano divina. La Paleta del Pintor es el nombre terrenal con que fueron bautizadas estas magníficas montañas coloridas como si hubieran sido pintadas a mano, justo frente al pequeño pueblo. Los marrones, rojizos, anaranjados, amarillos, ocres y salmones explotan sobre los cerros dándole una increíble personalidad.
Maimara ofrece la posibilidad de turismo convencional, cultural, religioso y de aventura. Las montañas coloreadas, las fiestas y tradiciones son los objetivos buscados por los visitantes. El pueblo es un habitual lugar de descanso de los jujeños, que buscan un clima benigno en verano y la tranquilidad de su población.
Una leyenda dice que cuando gobernaba desde el Cuzco el Inca Huayna Capac, quien estaba el frente de los Maimara era el cacique Tupaj Kuntur (Gran Condor) que guiaba a su pueblo con justicia y experiencia. Su hijo primogénito se llamaba Wayna Mallku (Cóndor Joven) que era apuesto, de nobles sentimientos y tenía condiciones naturales para el arte y la música. Un día conoció a Huarmi Sisa (Mujer en Flor) una diosa menor del panteón andino, que tenía el don de corporizarse en ser humano. Era la encargada de velar por la comunidad maimareña pero él no lo sabía. La vio recorriendo los corrales de llamas, acariciando las crías, en los sembradíos de maíz, en las aguadas y campos de flores. Para sorprenderla, desde lo alto de un montículo, él comenzó a interpretar con su quena una dulce melodía, ella giró su cabeza adornada con una vincha de oro y sus ojos se quedaron viendo al joven, mientras él se acercaba. Así se enamoraron y se los veía juntos tomados de la mano recorriendo los senderos de Maimara. Un día ella faltó a la cita, él se entera que era una diosa y que ese amor era imposible, pero no se dá por vencido e invoca a los dioses y pide que le posibiliten mostrarle a Sisa algo impactante para regalárselo en prueba de su amor. Antes de la fiesta del Inti Raymi, sus ruegos son escuchados, un nublado cielo cubrió el cerro Negro de Maimara y una tenue llovizna anunciaba el presagio. Antes del Amanecer, una misteriosa lluvia de luz precedió la caída de una estrella que cayó sobre el cerro Negro y lo transformó en una ladera de variados colores y formas. Ese fue el regalo de amor a su amada.
Tilcara
Si continuamos por la RN 9 llegamos a este pueblo ubicado al margen del río Grande a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Su trazado urbano y sus edificios datan de una época colonial. Tilcara es uno de los sitios más visitados con gran variedad hotelera. No hay una fecha exacta de su fundación, pero se sabe que cuando el Imperio Inca llegó a la región, la zona perteneció al Collasuyo, como se llamaba a las provincias del sur incaico. Después de la conquista española, los pueblos fueron sometidos y se vieron obligados a residir en un lugar determinado, trabajar por largas temporadas y luego se hacía un recambio de aborígenes.
Los primitivos omaguacas construyeron un fuerte descubierto en 1908 y denominado Pucará de Tilcara, una fortaleza donde se encontraron algunos restos que permitieron reconstruir una de las edificaciones precolombinas más importantes de la Quebrada de Humahuaca. Está ubicado en un sitio que domina los cuatro accesos hacia la región de la Puna y los Valles y a pesar de la lejanía con las zonas de cultivo, el Pucará funcionaba como una pequeña aldea, con corrales, viviendas, terrazas de cultivo propias y centros religiosos. En la parte sur del Pucará se encuentran los corrales en donde antiguamente se guardaban las llamas, parte importante de la economía de los antiguos moradores.
La ciudad fue escenario de las prácticas de la Selección de Fútbol de Argentina, previo a la Copa Mundial de Fútbol de 1986, con el objetivo de aclimatarse para ir a México. Una creencia popular cuenta que algunos jugadores hicieron una promesa a la Virgen de Punta Corral, patrona de Tilcara, de volver al pueblo jujeño si eran campeones. Este hecho sucedió, pero la promesa nunca se cumplió, por lo que los habitantes de la ciudad atribuyen a que la selección no volverá a levantar el título mundial hasta que dicha promesa sea cumplida con los jugadores. Pero a pesar que muchos dicen que eso fue un mito, en el año 2016, una comitiva integrada por Sergio Batista, Julio Olarticoechea, Carlos Tapia, Oscar Garré, Nery Pumpido, Ricardo Giusti, Carlos Enrique y Julio Brown, volvieron a la localidad quebradeña de Jujuy para filmar un documental de una empresa internacional de bebida gaseosa.
Uquía
Este poblado pintoresco se desarrolló con la llegada del ferrocarril y aún se puede visitar la estación de tren Senador Pérez, que se encuentra abandonada desde 1993. En el pueblo está la Iglesia de San Francisco de Paula el principal atractivo turístico y motivo por el cual el pueblo de Uquía recibe a cientos de visitantes que realizan un alto en su camino en la Quebrada de Humahuaca. La iglesia, construida en el año 1691, conserva la arquitectura original y tiene la torre con su campanario separada del edificio principal. La carpintería de la iglesia es de madera de cardón y sus muros y paredes son de adobe muy ancho. Su altar mayor es de madera cubierto por finas láminas doradas, técnica conocida como dorada a la hoja. Su principal atractivo es una colección de pinturas conocidas como Ángeles Arcabuceros, unos cuadros pintados en la época colonial que muestran a unos ángeles vestidos como militares españoles armados con arcabuces, y según los historiadores las figuras se usaban para asustar a los indígenas durante la conquista española, donde la cruz y las armas fueron decisivas para someter a pueblos originarios.
Lo particular de Uquía es su Carnaval, donde una colorida multitud inunda las calles y se produce La Bajada de los Diablos, uno de los eventos más concurridos de la provincia en esta fecha.
Un poco más allá está Huacalera, con un viejo templo construido en 1655, declarada Monumento Histórico Nacional y a pesar de algunas refacciones, aún conserva el estilo arquitectónico original de los templos de la zona. En el pueblo se encuentra un molino, una escuela, yacimientos arqueológicos y una posta donde los seguidores del General Lavalle decidieron descarnar su cadáver, que estaba en estado de putrefacción, para llevar sus huesos a una tumba segura en suelo boliviano y evitar que se apoderaran del cuerpo sus enemigos.
Humahuaca
En este pueblo ubicado a casi 3.000 metros sobre el nivel del mar se siente la altura y de momentos se hace difícil respirar, por lo que es aconsejable tomarse todo con calma y no hacer grandes esfuerzos. Nosotros tuvimos la oportunidad de quedarnos a dormir una noche hace años y nos costó mucho conciliar el sueño, de verdad nos faltaba el aire y debimos salir de la ciudad muy temprano para bajar a un sitio más placentero.
Sobre la ruta, cerca del pueblo, hay una casilla donde estudiantes de turismo detienen a los coches y preguntan si necesitan un guía para mostrar el pueblo. Muchos aceptan y los chicos además aprenden a relacionarse con los turistas.
En esta visita que íbamos con nuestros amigos, tratamos de hacer el recorrido tranquilo para cuidarnos todos.
A fines del siglo XIX, Humahuaca fue centro comercial en el antiguo camino al Alto Perú.
El pueblo es la entrada a La Puna jujeña y la última localidad importante de la Quebrada de Humahuaca en el camino hacia el norte. Aún se destacan sus calles empedradas y angostas, con casas bajas de adobe que conservan la fisonomía histórica.
La plaza central siempre está animada por la concurrencia de turistas. A un costado está la Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Candelaria y el Cabildo de Humahuaca, que hoy funciona como museo. Del reloj de su torre, cada mediodía sale una imagen de San Francisco Solano para dar la bendición a los presentes.
Otro atractivo es el Monumento a los Héroes de la Independencia, construido para conmemorar a los pobladores del norte que lucharon por la independencia, ya que fue este fue el teatro de operaciones en la lucha contra los realistas. El monumento tiene una larga escalera de piedra que culmina en el grupo escultórico de bronce y si tenés intenciones de subir, te recomiendo hacerlo con calma porque te vas a quedar sin aire. Este monumento sobre una colina representa a un grupo de gauchos e indios de la puna que lucharon los más de 160 combates en la zona de la Puna y a lo largo de la Quebrada. El 2 de julio de 2003 la Quebrada de Humahuaca fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Apenas a 25 km de Humahuaca, se encuentra las Serranías del Hornocal, conocido como el Cerro de los 14 Colores y para llegar acá debes circular por una ruta de ripio, piedras sueltas y un número considerable de curvas.
El Hornocal está a 4.350 metros sobre el nivel del mar y debido a esta altitud, muchos sienten el mal de las alturas, por lo que se recomienda tomar algunas precauciones, como mantenerse hidratado, no agitarse demasiado, evitar comer o tomar en exceso y tal vez tomar un té de coca.
Al llegar vas a encontrar un mirador donde es probable que quieras quedarte sentado, cuidando tu respiración y disfrutando del escenario natural. Pero si tenés posibilidad, podes acercarte un poco más a los cerros y disfrutar de vistas espectaculares, donde sentirás la paz y el silencio que lo rodea.
En el año 2018 la película Mi Obra Maestra protagonizada por Guillermo Francella y Luis Brandoni y dirigida por Gastón Duprat filmó algunas escenas en escenarios naturales de Jujuy, como El Horconal, Volcán y Cuesta del Lipán. El filme, con toques de comedia y nostalgia, cuenta la historia de un fraude en el mundo del arte, pero también habla de la amistad entre dos amigos.
La Quiaca
La ciudad de La Quiaca es el punto final de la RN 40 y está a 160 km de Humahuaca, justo en la frontera con la ciudad boliviana de Villazón. Sólo los divide un río seco que muchos cruzan a pie y un puente internacional que hacen de La Quiaca un punto estratégico en el país. La vida económica en el lugar se ve influenciada por el hecho del comercio con el país vecino. Este movimiento, de Tráfico Hormiga, hace surgir entre otras cosas a los denominados paseros, que son personas a las que les pagan cierta cantidad de dinero, para que trasladen artículos desde y hacia Bolivia. Es impresionante verlos cruzar con pesadas cargas sobre sus espaldas o cabezas, mientras corren para volver a buscar más carga y así recibir más paga. El pueblo en sí, no dice mucho y tal vez no sea de los más lindos, pero siempre es impactante ver a los paseros que de momentos bloquean la calle con sus cargas a cuesta, te insultan si intentas cruzar a pie o en coche e interrumpes el camino y despiertan a todos de la monotonía del lugar, incluso a veces se producen conflictos entre los paseros y las fuerzas de seguridad.
Hubo más películas que usaron a Jujuy como escenario natural.
Una de ellas fue Allá en el Norte de 1973 con Lolita Torres, Jorge Barreiro, Carlos Estrada con dirección de Julio Saraceni y guion de Abel Santa Cruz. Esta fue la última película de Lolita Torres y cuenta la historia de una maestra italiana que debe revalidar su título en Argentina y es destinada a una escuela de Jujuy.
Más acá en el tiempo, está la película Todavía protagonizada por Betiana Blum, Hugo Arana, Romina Gaetani, Pablo Rago y cuenta la historia de una pianista trasplantada que busca rehacer su vida a través de un reencuentro con sus hijos.
Pero tal vez una de las películas más representativas de Jujuy se filmó en 1995 y fue Casas de Fuego, protagonizada por Miguel Ángel Solá y Pastora Vega y dirigida por Juan Stagnaro, que narra la vida de Salvador Mazza, un médico argentino que estudió el mal de Chagas y luchó para erradicar la enfermedad ligada a la pobreza y las condiciones que afrontaba la clase rural jujeña.
Pero hasta acá llegamos hoy con esta presentación de Jujuy. Les dejamos nuestro video para mostrarles un poco lo que visitamos
La semana que viene visitaremos otro lugar. Los esperamos.