El empleo registrado en Argentina sigue en contracción, aunque se ha observado una desaceleración en mayo y junio. Sin embargo, el nivel de suspensiones en las empresas ha alcanzado su punto más alto desde la pandemia, según datos de la Secretaría de Trabajo.
En mayo, la población con trabajo registrado en todo el país llegó a 13,211 millones de personas, lo que significa una caída del 0,2% respecto al mes anterior, equivalente a 22,180 personas que dejaron de tener un empleo formal, según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
La pérdida de puestos de trabajo afectó a todas las modalidades ocupacionales. El personal de casas particulares cayó un 0,5%, el sector público bajó un 0,3%, y tanto el sector privado como el trabajo independiente disminuyeron un 0,1%. Solo el régimen de monotributo, aunque con retrocesos en los autónomos y en la variante social, mostró cierta estabilidad.
El informe del SIPA destaca que "en abril y mayo se advierte una desaceleración en la magnitud de la contracción del empleo asalariado registrado privado en relación con las variaciones mensuales negativas observadas en los primeros tres meses del año".
La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) mostró que el empleo privado registrado en empresas con más de 10 empleados en los aglomerados urbanos sufrió una contracción del 0,2% en junio en comparación con el mes anterior.
El relevamiento de la Secretaría de Trabajo, dirigida por Julio Cordero, indicó que "con esta variación, se verifican siete meses consecutivos de caída neta del empleo, acumulando una reducción del 2,4% desde noviembre de 2023". No obstante, se consolida una tendencia de desaceleración de la caída, pasando de -0,5% en marzo a -0,3% en mayo.
En cuanto a sectores específicos, todos experimentaron contracciones en el empleo registrado, excepto Comercio, restaurantes y hoteles, y Servicios comunales, sociales y personales, que mantuvieron su dotación de personal estable respecto al mes anterior. La construcción (-0,7%) y la industria manufacturera (-0,5%) registraron los mayores descensos.
Las incorporaciones de personal se redujeron en junio en comparación con el mes anterior y con el mismo mes de 2023, "acentuando la tendencia contractiva observada en meses anteriores", según la EIL. La tasa de entrada se situó en un bajo 1,3%, un nivel históricamente bajo, solo superado en negatividad por las crisis de junio de 2002 (1%) y junio de 2020, en plena pandemia (0,7%).
Las desvinculaciones de personal, medidas por la tasa de salida, también mostraron una disminución en comparación con mayo (1,7%) y con el mismo mes del año anterior (1,8%). La EIL señaló que, al igual que la tasa de entrada, la de salida se encuentra en niveles históricamente bajos.
En términos de demanda laboral, la tasa de búsqueda se situó en 1,4% en junio, el valor más bajo para ese mes desde que se comenzó a relevar la serie en 2007, solo superado por el impacto de la pandemia en 2020. La tasa de no-cobertura, que refleja la cantidad de puestos sin cubrir, mostró un valor elevado en relación con el mes anterior (6,9%).
Las suspensiones laborales han mostrado una tendencia creciente en el último año, alcanzando en junio a 1 de cada 100 trabajadores. Solo durante los meses de junio afectados por la pandemia se registró un nivel superior de suspensiones.
El porcentaje de empresas que aplicaron suspensiones en junio de 2024 fue del 5,9%, el más alto del último año y similar a los niveles previos a la pandemia. La incidencia de despidos incausados en el empleo registrado privado se mantuvo constante en términos interanuales y sigue siendo baja en comparación con los meses de junio de años anteriores.
En cuanto a las expectativas de las empresas respecto a la contratación de personal para los próximos tres meses, la EIL muestra "un repunte significativo en comparación con el mes pasado". Del 3,6% de las empresas que esperan cambios en su dotación de personal, el 2,3% espera aumentarla, mientras que el 1,3% espera reducirla, resultando en expectativas netas que ascienden a casi el 1%.