Mantener un cargador de celular enchufado a la corriente sin que esté conectado a ningún dispositivo parece una práctica inofensiva, pero su impacto es mayor de lo que se cree. Aunque el consumo promedio de un cargador en esta situación es de apenas 0,00002 kWh, lo que resulta prácticamente imperceptible en la factura de electricidad, su efecto en el medio ambiente es considerable. Este consumo mínimo contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, incrementando así el impacto ambiental.
Si un cargador permanece conectado durante 16 horas al día, descontando las horas de sueño en las que el teléfono está cargando, el consumo anual se estima en 0,12 kWh. Aunque parezca poco, este gasto se suma a otros consumos "fantasma" como los de televisores, computadoras, microondas y consolas, que también consumen energía mientras están apagados pero conectados.
Además, mantener dispositivos conectados por largos periodos de tiempo reduce su vida útil, incluso si se encuentran en modo pasivo. Este desgaste prematuro es otro aspecto a considerar, especialmente cuando se trata de reducir el impacto económico y ambiental.
La carga durante el sueño
Una práctica común es cargar el celular durante la noche, cuando no se necesita usarlo. Sin embargo, una vez que la batería está completa, el dispositivo sigue enchufado, continuando con el consumo de energía. Además, según expertos de compañías como Samsung, el uso de cargadores de mala calidad puede provocar un sobrecalentamiento, perjudicando aún más el dispositivo.
En un contexto donde las tarifas eléctricas han perdido gran parte de sus subsidios, es crucial considerar estos pequeños consumos en nuestra rutina diaria. Adquirir hábitos que promuevan un uso más consciente de la energía no solo es beneficioso para el presupuesto familiar, sino que también fomenta un estilo de vida más sostenible.
El consumo fantasma
Pese a que los cargadores de móviles modernos son en su mayoría inteligentes, y dejan de consumir energía una vez que la batería está completamente cargada, el proceso de conversión de voltaje nunca se detiene del todo. Esto genera un consumo de energía, aunque mínimo, conocido como "consumo fantasma". Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) de España, los hogares consumen en promedio 300 kWh de electricidad al año, y entre el 7 % y el 11 % de este consumo corresponde a estos usos "fantasmas".
En conclusión, aunque los cargadores móviles no muevan notablemente el medidor de electricidad, cada pequeña acción cuenta. Desconectar los cargadores cuando no están en uso no solo reduce el impacto ambiental, sino que también prolonga la vida útil de nuestros dispositivos y ayuda a mantener controlado el gasto energético en el hogar.
