En respuesta a las crecientes dificultades por la falta de efectivo tras la alta inflación del primer semestre, el Banco Central (BCRA) anticipa la llegada de los billetes de $20.000 para fines de octubre. Estos billetes, importados de China, deberán ser distribuidos en los cajeros automáticos, lo que podría demorar su disponibilidad operativa hasta varias semanas después de su arribo.
Además, se espera que para finales de agosto se incorpore una nueva remesa de billetes de $10.000, también importados, como parte de un esfuerzo por aumentar la oferta de billetes de alta denominación en el país.
Santiago Bausili, responsable del BCRA, explicó que la decisión de importar los billetes se debió a las limitaciones de la Casa de la Moneda local, que se encontraba en condiciones precarias y sin capacidad para cubrir la demanda. Según Bausili, esta situación fue heredada de la gestión anterior, que no pudo mantener adecuadamente las instalaciones ni cumplir con las obligaciones financieras necesarias.
Desafíos logísticos y cronograma
La llegada de los 230 millones de billetes de $20.000 desde China representa un paso crucial para mejorar la liquidez en efectivo. Sin embargo, se estima que la implementación en los cajeros automáticos requerirá una planificación cuidadosa que podría extenderse más allá del mes de octubre.
En cuanto a los billetes de $10.000, que ya están en circulación desde mayo y también fueron importados, destacan por llevar los retratos de Manuel Belgrano y María Remedios del Valle en su diseño. Belgrano, conocido por su rol en la creación de la Bandera Argentina, y Remedios del Valle, heroína militar de la Independencia, son figuras emblemáticas que reflejan la historia nacional en los nuevos billetes.
Estado actual del circulante
Actualmente, más del 56% de los billetes en circulación en Argentina son de $1.000, con un total de 6.114 millones de unidades. Los billetes de $2.000, en comparación, representan menos del 7% del total circulante, con 734 millones de billetes en uso.
Esta iniciativa busca mejorar la disponibilidad de efectivo en un contexto económico desafiante, donde la inflación y la demanda creciente de billetes de mayor denominación han exacerbado las dificultades financieras para la población.