Es Tiempo de Viajar, Hoy Bélgica – Última Parte

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La semana pasada visitamos Amberes y Gante. Hoy nos damos una vuelta por Bruselas, capital de Bélgica y también visitaremos una de las localidades más bonitas del país: Brujas. Seguí con nosotros que ya empezamos.

Bruselas

Durante la Edad Media, el sitio donde hoy se ubica la ciudad era un área pantanosa con arroyos que formaban islas y en el sitio más elevado se erigió una ermita y junto a ella comenzó a formarse un poblado. En idioma neerlandés, broek significa pantano y sell significa ermita, por lo tanto la etimología de Bruselas sería “Ermita del Pantano”.

Otra versión de la etimología del nombre dice que en un principio, la ciudad se hallaba en la Montaña de San Miguel y estaba habitada por celtas antes de que fuera ocupada por los francos. Y aunque la historiografía tradicional dice que la fundación de Bruselas fue en el año 979, ningún escrito o fuente arqueológica ha podido corroborarlo.

Bruselas es la capital de Bélgica, de la Comunidad Francesa de Bélgica, de la Comunidad Flamenca. Gracias a su tradición de país neutral en los conflictos europeos, es capital de la Unión Europea y por su ubicación se la designó para acoger los principales organismos de la Unión desde sus inicios en 1950.

Durante la Primera Guerra Mundial, la ciudad fue ocupada por las tropas alemanas, pero éstas no causaron muchos daños. En la Segunda Guerra Mundial, volvió a ser ocupada por los alemanes y esa vez si recibió daños antes de ser liberada por los británicos.

Después de la guerra, Bruselas fue modernizada, para mejor y para peor.

Se realizó una conexión norte-sur y a partir de los años sesenta se construyeron edificios modernos y se destruyeron algunas joyas arquitectónicas para dejar lugar a los nuevos edificios que no encajaban con las construcciones anteriores. A ese proceso se lo llamó Bruselización.

En Bruselas conviven diferentes entes como: el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Comité Económico y Social, el Banco Central Europeo, el Comité de las Regiones y numerosas representaciones, de miembros de la Unión como también de países externos con sus misiones diplomáticas ante la UE.

Por eso la ciudad, es prácticamente una locura a toda hora, justamente por los altos niveles de seguridad que allí se manejan.

Párrafo aparte y a pesar del gran nivel de seguridad que existe, se la conoce como centro de operaciones de algunas organizaciones terroristas, sobre todo al barrio Molenbeek, que según dicen es un santuario del terrorismo radicalizado en el corazón de Europa y desde donde según expertos, seguidores de Al Qaeda, ISIS, Hamas, Hezbollah, Boko Haram y ramificaciones radicalizadas islámicas planearon los atentados más dolorosos de Europa como: el ataque a trenes de Madrid en el 2004 (192 muertos y 2000 heridos); las explosiones en el sistema público de transporte de Londres en 2005 (50 muertos y 700 heridos); el ataque al Museo Judío de Bruselas en 2014 (4 muertos); los ataques a bares, el teatro Bataclán y la revista Charlie Hebdo en Paris en 2015 (130 muertos y 400 heridos); la balacera en el aeropuerto y en el Metro de Bruselas en 2016 (32 muertos y 300 heridos); los atentados en la Ramblas de Barcelona en el 2017 (15 muertos y 130 heridos); el ataque armado durante un partido entre Suecia y Bélgica en Bruselas en el 2023 (2 muertos) y la lista sigue.

Pero como te cuento eso, también te digo que en Bruselas se ven personas de origen islámico caminando por la ciudad, comiendo o haciendo compras, sin inconvenientes. Las mujeres circulan con sus túnicas tradicionales y se las nota libres, usando sus hiyab, que es el velo que cubre la cabeza y el pecho, pero las ves con cejas depiladas, pestañas postizas, maquilladas, usando zapatos caros y manejando un auto sin necesidad de un varón como acompañante.

Y ya que estamos, te cuento que si vas en coche, el tráfico, las bicis, los tranvías, los túneles y los infinitos cortes por refacciones, te vuelven loco. Si tenías pensado llegar a un horario en particular a algún lugar, lo mejor es que pienses en hora más por lo menos, porque te aseguro que sufrirás demoras. Por lo que te recomiendo que te muevas en transporte público.

Bruselas es una ciudad maravillosa que en algún momento deberías visitar, así que acá te muestro algunos sitios para recorrerla y uno de ellos es el Grand Place, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y una de las plazas más bonitas del mundo, rodeada de casas gremiales como: Le Cygne (carniceros), Le Sac (chocolateros) Arbre d’Or (cerveceros), o la Maison des Ducs du Brabant. Pero también está la Maison du Roi (Casa del Rey), lugar de residencia de los reyes que alberga el museo de la ciudad. Además acá está el Ayuntamiento de Bruselas, tal vez el edificio más bonito de la plaza, con su torre de 96 mts, único testigo en pie de la primera mitad del siglo XV, muestra de la prosperidad económica de la época.

En la Gran Place se cumple una hermosa tradición desde 1971 cuando el paisajista E. Stautemans, cubrió todo el espacio central con un enorme tapiz de flores de 77 x 24 metros. El evento tuvo una gran convocatoria y la ciudad no dudó en volverla a instalar en años sucesivos. Desde 1986, se realiza cada dos años. La festividad se celebra a mitad de agosto, dura 3 días y la plaza se recubre en 4 horas, con un enorme tapiz floras de casi un millón de begonias, donde los jardineros colocan flores provenientes de Gante, siguiendo un diseño establecido que cambia cada bienio según las inspiraciones.

También podes visitar Galerías Saint Hubert, un exclusivo pasaje comercial de Bruselas, construido en 1847 que fue una de las primeras galerías comerciales europeas. Este pasaje cubierto, de 200 mts de largo, cubierto de una arcada de cristal y hierro forjado, se divide en tres partes Galería de la Reina, Galería del Rey y Galería de los Príncipes y es el sitio ideal para dar un paseo, refugiarse de las lluvias, tomar un café, comer algunos chocolates, recorrer su galería de arte o dedicarse a bailar tango (como nos tocó ver a nosotros). Algunos cuentan que allí se juntaban artistas o intelectuales como Baudelaire, Dumas o Víctor Hugo. Acá se albergó el Museo de Cartas y Manuscritos, un lugar con más de 80.000 documentos originales de cartas escritas por Dickens, Beethoven o Georges Remi (Hergé), creador de la historieta de Tintín.

Y ya que estamos como, te cuento que en Bruselas está el Museo del Comic, que recibe unos 200.000 visitantes al año que vienen a admirar sus creaciones originales, repasando la trayectoria de los principales dibujantes y sus obras, así como el proceso de creación de cada tira, centrándose sobre todo en los artistas belgas conocidos, como Hergé, creador de Tintín, aquel joven reportero que, acompañado de su perro Milú, se embarcaba en aventuras por los cinco continentes enfrentándose a malvados. También hay una sección de Morris, padre de Lucky Luke, aquel mítico vaquero homenajeando al lejano oeste. También se encuentra Peyó, creador de Los Pitufos, esas criaturas azules que vivían en un pueblo de hongos en el medio del bosque, que eran asechados por el brujo Gargamel y su gato Azrael.

Te advierto que la información del museo está en francés y si no tenes conocimientos del idioma, puede ser complicado. Por eso uso mi buen francés: Bonjour, Bonsoir, Merci, Au revoir, Pardon, Monsieur, Madame, Macron, Mitterrand, Mbappé, Platini, Zidane, Benzema. Y un montón de jugadores mas.

Bélgica es un país de renta alta, pero uno de los lugares donde más gente durmiendo o pidiendo en las calles hay, es Bruselas. Así que es posiblemente donde es difícil conseguir un lugar para vivir y donde mucha población de origen extranjero, sin conocimiento de flamenco, inglés o francés tiene serios problemas para conseguir empleos.

A diferencia de otras ciudades visitadas, ésta es una gran Babel, donde te recibirán en francés y luego inglés. Con suerte vas encontrarás a alguien que te hable español.

Ahora, si tu deseo es conocer cada rincón de la ciudad caminando, es otro el cantar, pero como decía Lita de Lazzari “camine señora, camine, que así encuentra opciones”. Y Lita tenía razón, a Bruselas hay que caminarla de punta a punta: avenidas, calles, callejones, callejuelas, callecitas, portales, galerías, todo lo que aguanten tus piernas, porque la ciudad es grande y neurótica debido a cantidad de personas que circulan cada día.

La gran mayoría se detendrá en comercios, negocios de baratijas, suvenires y sitios de bolu compras, pero también en sitios de venta de chocolates, sobre todo para hacer una degustación en el lugar. Algo que hicimos nosotros, con mucho placer.

Esas personas que visitan esos antros de perdición saldrán con los brazos abarrotados de cajas de chocolates, para llevarse un recuerdo del lugar.

Te aseguro que al mediodía odiaras a esos que van por la calle comiendo un waffle con frutillas y bananas, cubierto con crema y bañado en chocolate. No es por maldad, pero soy de los que piden al cielo que se les caiga al piso así disfruto viendo sus caras de pánico al perder semejante tesoro. Pero si tenes oportunidad de disfrutarlos, únete al rebaño y disfruta ese manjar sin ninguna culpa.

Te cuento que hay sitios al que todos van y son los monumentos característicos de la ciudad. Uno de ellos, es Everard´t Serclaes, en la Grand Place, un héroe belga postrado en su lecho de muerte, que es tal vez una de las obras más toqueteadas de la ciudad.

A toda hora hay gente tomando fotografías y tocando la escultura en la pared. Es tal la cantidad de gente que cada día toca la pieza de bronce que presenta un atractivo desgaste. Para muchos, la imagen de Serclaes es símbolo de valentía e independencia, pero una leyenda popular, funciona como un amuleto: si se le toca un brazo trae suerte o volverás a Bruselas, si se pasa la mano desde la cabeza a los pies ayuda a contraer matrimonio, pero si lo haces en sentido contrario, ayuda a separarse de la actual pareja. Vos elegís.

Hay otra escultura muy famosa en Bruselas y es Manneken Pis, una pequeña estatua de 50 cm, de un nene haciendo pis para deleite de los que visitan la ciudad. Esa pequeña estatua creada en 1388 es el símbolo más querido de Bruselas y lo ves representado en todos lados y cientos de souvenires. La estatua fue varias veces robaba y en 1619 se colocó esta copia que llega hasta nuestro días al que le regalaron varios trajes especiales para vestirlo sin perturbar lo que hace. Este pequeñín tiene más de 650 trajes que es cambiado de tanto en tanto según la ocasión y en algunos momentos se lo hace orinar cerveza en la fuente, para celebrar algunas fiestas.

Se tejen varias historias por su creación y una de ellas es que éste chico apago con pis la mecha de una bomba encendida, salvando a la ciudad de un incendio. Otra leyenda dice que el hijo de un noble abandonó una procesión para orinar en la pared de la casa de una bruja y ésta le lanzó un maleficio convirtiéndolo en estatua. También se dice que en el siglo XVII los curtidores solían pagarles a los niños por orinar encima de las pieles, ya que el cuero se volvía más flexible. Puedes elegir cualquiera de éstas historias y todas son fantásticas.

Pero Manneken Pis no está sólo en eso quehaceres. Existe la versión femenina que también se lleva las miradas y las fotos de todos y se llama Jeanneke Pis y es la estatua de una nena desnuda (creada en 1987), con dos colitas en el pelo, de cuclillas orinando, creada para equiparar la igualdad entre hombres y mujeres.

Pero en estos sitios de meones también hay un simpático perrito: Zinneke Pis (de 1999) y es la imagen de un perro levantando la pata para mear un poste.

Otra estatua simpática Vaartkapoen (chico malo) de 1999 y es un hombre saliendo de la alcantarilla para sujetar por el tobillo a un policía, que tropieza y va directo hacia el suelo. Una estatua graciosa que muestra la anarquía de Bruselas ante la autoridad.

De paseo por Bruselas

La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, es la iglesia católica más importante de Bélgica y otro de los lugares que ver en Bruselas. El templo se empezó a construir en el siglo XIII, tardó dos siglos en completarse, pero no fue hasta 1961 que la iglesia adquirió el nombre de catedral, aunque a finales del siglo XX se realizó una profunda restauración por lo que luce espléndida, siendo escenario de bodas y coronaciones reales.

La capilla aloja el tesoro de la catedral y contiene obras maestras del arte religioso, como una cruz-relicario anglosajón del año 1000, una escultura de la Virgen y el Niño de la época de Margarita de Austria, monumentales vitreaux, confesionarios de roble del siglo XVII y un púlpito tallado en madera de estilo barroco que es una verdadera obra de arte.

En belleza muchos la comparan con la Catedral de Notre-Dame en parís.

Por supuesto, si hay algo especial que tiene Bélgica es su cerveza, que la ubica entre las mejores del mundo, con cientos de pubs, bares y cafeterías, sirven cervezas artesanales de clase mundial que reivindican la cultura belga, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Bruselas es el paraíso para los amantes de este Oro Líquido.

Y entre las mejores cervecerías de Bruselas hay algunas como: Delirium Café (cerca de Jeanneke Pis, que aparece en el libro Guinness como el local con más variedades de cerveza del mundo, cerca de las 3.000, pero también podes visitar La Porte Noire, Poechenellekelder, Moeder Lambic o A la Mort Subite. Algunas de éstas llevan más de 100 años en la ciudad.

Pero, así como hay reconocimiento a la cerveza, también lo hay para el chocolate, uno de los productos más demandados por el turismo. Y aunque el cacao proviene de varias partes del mundo, el refinado, la mezcla y el conchado se realizan en Bélgica. Acá está el Choco Story Brussels que muestra la historia del chocolate, desde como los mayas y aztecas cultivaban el cacao, la llegada al viejo continente de la mano de Hernán Cortés cuando en México encontró el beneficio del cultivo del cacao y lo importó a España y luego viajó a Francia hasta que en 1635 llega a Gante, donde surgen los primeros centros de producción, hasta que se popularizó para la elaboración de postres en la cocina belga. El recorrido llega hasta su transformación en el chocolate que disfrutamos hoy y se pueden disfrutar en varios sitios como Godiva, Pierre Marcolini, Neuhaus, Elisabeth o Leonidas.

En las afueras de la ciudad se encuentra El Atomium, uno de los símbolos emblemáticos de Bruselas, con 103 mts de alto, representa un átomo de hierro aumentado más de 165 billones de veces, con 9 esferas de 18 mts de diámetro que representan las provincias de Bélgica y fue totalmente renovado en 2005. Se construyó para la exposición Universal de 1958 y al igual que la Torre Eiffel, sufrió críticas en su construcción.

De las 9 bolas que lo componen, no todas se pueden visitar y tres de las cuatro esferas superiores carecen de soporte vertical, por lo tanto no están abiertas al público por razones de seguridad, por otra parte, la esfera en la cima si está abierta al público y tiene un restaurante, mientras en las otras hay muestras relacionadas con la historia de Bruselas y la fotografía. El Atomium es un símbolo de Bélgica y de Europa.

A los pies del Atomium podes ver Mini Europe, una explanada con 350 edificios en escala que representa a 80 y es recorrida por 400.000 visitantes al año. Allí podes ver una Torre Eiffel de 13 mts, un Big Ben de 4 mts, el Ayuntamiento y la Gran Place de Bruselas, la Catedral de Santiago de Compostela, escenas animadas de trenes, molinos, camiones, aviones, el Vesubio en erupción, la Torre de Pisa, góndolas de Venecia, muro de Berlín.

Recomendamos acercarte a visitar este sitio.

Otro sitio a visitar (además de iglesias, museos, chocolaterías y cervecerías), es la zona de burdeles: La Rue d'Aerschot (el Barrio Rojo), cerca de Grand Place. No es tan grande como Barrio Rojo en Ámsterdam, hay bares, clubes, cines XXX y también hay prostitutas (que se ven más lindas que las allí) y ofrecen sus servicios desde sus vitrinas iluminadas. Pero aunque es un lugar popular para curiosos, es importante tener precaución y evitar ciertas horas de la noche, como también ciertos lugares de la ciudad por donde es preferible no circular, como algunas estaciones de metro donde abundan los hurtos, los consumidores de crack, pero también hay control policial y miles de cámaras instaladas.


Brujas

Esta ciudad de 120.000 habitantes conocida como la Venecia del Norte, está ubicada a 90 km Bruselas, recibe 8 millones de turistas al año y su mayor atractivo es su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.

Aunque en gran parte fue reconstruido, es uno de los más grandes atractivos europeos, ya que mantiene intactas las estructuras que vienen del siglo XI y gracias a una tormenta que creo un canal natural de salida, la ciudad se convirtió en un importante centro de la industria de la lana, convirtiéndola en una de las más ricas de Europa.

Durante la Guerra de los Ochenta Años, estuvo en poder de los neerlandeses, hasta el 20 de mayo de 1584, cuando pasa a los Países Bajos Españoles (los actuales territorios de Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica y algunas regiones de Francia y Alemania.

El anonimato que vivió Brujas durante más de cuatro siglos la convirtió en una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo.

Brujas es una ciudad pequeña, pero tiene grandes sitios para visitar como Grote Markt o Plaza Mayor es el corazón de Brujas y el punto donde empiezan y terminan muchas de las rutas a pie por el centro histórico, rodeada de casas gremiales del siglo XVII con pintorescas fachadas y tejados a dos aguas donde sobresale la Torre Campanario Belfort, algo inclinada y uno de los símbolos de la ciudad y desde donde podes tener fantásticas vistas de la ciudad, en el caso que quieras subir los 366 escalones.

También se encuentra el Ayuntamiento de Brujas o Stadhuis del siglo XIV, considerado de los más antiguos de Europa y la Basílica de la Santa Sangre del siglo XII, compuesta por dos iglesias, una en cada piso, donde se guarda como reliquia una ampolla que dicen, contiene algunas gotas de la sangre de Cristo.

Uno de los sitios más visitados es el Muelle del Rosario. U muelle de mercancías de la época medieval, por donde pasa el Dijver, uno de los canales más importantes y de los fotografiados de Brujas, donde los edificios medievales con fachadas clásicas parecen sacados de un cuento de hadas. Por supuesto, también podes tomar un paseo en barcaza por los canales del centro histórico, pasando por debajo del bonito puente de piedra de San Bonifacio, ver la plaza de Jan van Eyck o mirar los patios interiores de las casas que se encuentran a cada orilla.

También podes pasear por el callejón Ter Steeghere donde podes hacer una pausa en alguna de sus cafeterías o disfrutar un chocolate caliente en la Chocolaterie De Burg, una de las más emblemáticas de la ciudad.

Acá también hay un Beaterio, que son esas casas construidas en época medieval para que las mujeres huérfanas o viudas tengan un hogar digno para vivir. En este caso, el Beaterio de Brujas fue construido por la condesa de Flandes en 1245 y actualmente, se alojan monjas benedictinas. Vale la pena pasear por la zona y observar unas 30 casas de blancas, la mayoría datan del siglo XVI, hasta encontrar la Iglesia de Santa Isabel.

Y aunque no lo creas, una de las cosas más curiosas es el Museo de las Papas Fritas, totalmente dedicado a uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía belga, ubicado en una casa del siglo XIV donde repasan la historia de la papa frita desde su importación de América en la Edad Media hasta cómo surgió la idea de freírla y terminar degustando un cucurucho de auténticas papa fritas belgas en la cafetería.



Pero hasta acá llegamos hoy.

Mañana salimos a otro sitio a enfrentarnos con camioneros que nos tocarán bocinazos y mi rosario de insultos estará listo para ellos.

Debes tener en cuenta que seguramente pases de velocidades de 30 a 70 km, en corto tiempo y es posible que vayas al máximo permitido pero igual se pegará un gran camión al culo del coche haciéndote luces para que te hagas a un lado.

Y ahí tenes tres opciones:

Opción 1: Que te muevas de tu carril al carril siguiente y sufras lo mismo con otro camión (que te aseguro se cuentan por miles).

Opción 2: Que te quedes en tu carril respetando el límite de velocidad hasta que el camionero (u otro coche) se canse de hacerte luces, se adelante, se ponga a la par tuya y ahí aprovechas para descargarle un rosario de insultos en español.

Opción 3: Pises el acelerador, excedas el límite permitido, darle el gusto al que viene atrás pero te arriesgaras a una multa por exceso de velocidad.

Aunque, te digo la verdad, se nota que en ruta no muchos la respetan.

Nos veremos la próxima semana en otro lugar encantador

Los esperamos



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