La provincia de Santa Fe se ve sacudida por un escándalo judicial mientras Rosario enfrenta un megaoperativo policial revelador. Dos noticias aparentemente disímiles encuentran un hilo conductor en las actividades del crimen organizado.
Acusación. Los fiscales Bárbara Ilera y Ezequiel Hernández. (MPA)
En Santa Fe, un penalista y un oficial de la policía provincial enfrentan acusaciones de extorsión a un preso. Según la acusación, el abogado Sebastián Gervasoni y el oficial Martín Herrera conspiraron para sacarle dinero y drogas a un detenido que debía ser liberado. Este turbio episodio, que data de 2017, se develó en la Comisaría 4ª de la capital provincial. Los fiscales Bárbara Ilera y Ezequiel Hernández lideran el caso, solicitando penas de prisión y multas para los acusados.
Mientras tanto, en Rosario, un nombre familiar en las crónicas policiales vuelve a la palestra. Gustavo Armando "Tuerto" Cárdenas, un peso pesado del narcotráfico desde hace dos décadas, fue detenido nuevamente. Esta vez, por lavado de activos a través de la venta de autos robados, bajo la sombra de Esteban Alvarado. Los allanamientos en Rosario y Córdoba desenterraron una compleja red delictiva, con Cárdenas como eje central. Este hombre, conocido por regentar el histórico "Búnker del Medio", ahora enfrenta nuevas acusaciones que revelan su continua participación en actividades criminales.
Las conexiones entre ambos casos subrayan la profundidad y la complejidad del crimen organizado en la región. Mientras las autoridades judiciales en Santa Fe buscan hacer justicia en un caso de corrupción policial, en Rosario se desvela una red de lavado de activos que trasciende fronteras provinciales. Estos eventos ponen de manifiesto la necesidad de una acción coordinada y enérgica para combatir la criminalidad en todas sus formas.