El sueño de Rosario Central de avanzar en la Copa Libertadores se esfumó tras una dolorosa derrota 2-1 ante Peñarol en Montevideo. A pesar de un esfuerzo notable en el segundo tiempo, el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo no logró superar el obstáculo y ahora deberá conformarse con un lugar en la Copa Sudamericana.
Primer Tiempo: Pasividad Costosa
El partido comenzó con ambos equipos mostrando más energía que precisión. Peñarol, impulsado por su público, trató de imponer condiciones, pero encontró un Central que resistió. Los primeros 30 minutos estuvieron marcados por mucha lucha, pocas ocasiones y varias protestas. El equipo local intentó mediante Ramírez y Fernández, pero sus intentos desde fuera del área no inquietaron demasiado.
Central, por su parte, tuvo momentos de dominio cuando controló la posesión. Dos oportunidades claras se presentaron: una pelota de Campaz que quedó alta para Malcorra y una intervención oportuna de Aguerre ante un intento de Damián Martínez tras un centro rasante. Sin embargo, estos momentos aislados no fueron suficientes.
El gol de Fernández para Peñarol resultó un golpe devastador para Central. La jugada evidenció las inseguridades defensivas que el equipo ha mostrado en las últimas semanas. Con un juego que careció de profundidad y peso ofensivo, Central se fue al descanso en desventaja.
Segundo Tiempo: Empate y Desilusión
En el segundo tiempo, Central mostró una mejoría significativa. Logró empatar el partido con un gol que levantó las esperanzas de los hinchas. Sin embargo, justo en el mejor momento del Canalla, Peñarol encontró el gol de la victoria, un tanto que llegó como un balde de agua fría.
A pesar de sus esfuerzos, el equipo de Russo no pudo revertir el marcador. El segundo gol del Manya dejó a Central sin tiempo ni recursos para volver a equilibrar el juego.
Un Consuelo en la Sudamericana
La eliminación de la Copa Libertadores es un golpe duro para Rosario Central, que había llegado con expectativas de avanzar. Sin embargo, el ingreso a la Copa Sudamericana ofrece una oportunidad para redimirse y competir en otro torneo continental.
El equipo de Russo deberá ahora enfocar sus energías en este nuevo desafío, tratando de corregir los errores que le costaron caro en la Libertadores y buscando terminar el año de la mejor manera posible en la Sudamericana.