El presidente argentino, Javier Milei, ha desencadenado controversia tras su desafiante reacción a la marcha nacional en defensa de la educación pública, convocada por rectores universitarios. En un posteo en Instagram, Milei redujo la manifestación a "lágrimas de zurdo", generando fuertes críticas y polarizando aún más el debate político en el país.
Lejos de reconocer el reclamo de miles de ciudadanos que salieron a las calles para protestar contra los recortes presupuestarios en las universidades públicas, Milei optó por minimizar la magnitud de la manifestación. En su publicación en redes sociales, el mandatario utilizó una imagen de un león melenudo sosteniendo una taza con la frase "Lágrimas de zurdo", insinuando que la protesta era simplemente un berrinche de la izquierda.
La reacción de Milei no solo desestimó la legitimidad del reclamo estudiantil, sino que también polarizó aún más la ya dividida sociedad argentina. El presidente, conocido por su estilo provocador y sus declaraciones controvertidas, no dudó en expresar su postura en línea con su ideología liberal, desatando una ola de críticas y debates en redes sociales.
En su mensaje, Milei también hizo referencia al "principio de revelación", una teoría que celebra el éxito en medio del fracaso, añadiendo un tono místico a su provocativa publicación. Esta postura ha generado reacciones encontradas entre aquellos que apoyan su visión política y aquellos que condenan su desprecio hacia la protesta estudiantil.
La marcha por la educación pública, que tuvo lugar en la Plaza de Mayo y se replicó en todo el país, fue ignorada por el presidente en su totalidad. En lugar de abordar las demandas de los manifestantes, Milei optó por desafiar abiertamente la legitimidad de la protesta, alimentando así la división y la tensión política en Argentina.
En medio de un clima de incertidumbre económica y social, la reacción de Milei refleja las profundas divisiones ideológicas y políticas que persisten en la sociedad argentina. Mientras algunos lo ven como un defensor de la libertad y el cambio, otros lo critican por su falta de empatía y su desprecio hacia las demandas legítimas de la ciudadanía.