En una jugada sorpresiva que ha sacudido los pasillos de la Casa Rosada, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, ha removido al jefe de la Casa Militar, Alejandro Daniel Guglielmi, sin emitir una comunicación oficial al respecto. Este cambio, que afecta a un puesto crucial encargado de la seguridad y el bienestar de los jefes de Estado, ha generado una ola de especulaciones sobre posibles sucesores y las motivaciones detrás de esta decisión.
El saliente jefe de la Casa Militar, coronel mayor Alejandro Daniel Guglielmi.
Aunque no se ha brindado una explicación pública, fuentes dentro de la Casa Rosada han confirmado la destitución de Guglielmi e incluso han mencionado al coronel mayor Sebastián Ibáñez como un posible candidato para ocupar el puesto vacante. La falta de transparencia en torno a este movimiento ha dejado perplejos a muchos en el gobierno nacional.
Se ha sugerido que Karina Milei llevaba tiempo contemplando la salida de Guglielmi, y finalmente tomó la decisión abrupta de relevarlo de sus funciones esta tarde. Aunque no se han revelado las razones específicas detrás de esta medida, se especula sobre la posible desconfianza de Milei en la fidelidad de Guglielmi, así como las tensiones internas dentro del gobierno.
El cambio en la dirección de la Casa Militar ha sido recibido con sorpresa y desconcierto en la sede del gobierno nacional, donde se ha convertido en el principal tema de conversación entre los funcionarios y empleados. La incertidumbre sobre quién ocupará ahora este cargo estratégico y cómo afectará esta decisión a la seguridad y el funcionamiento interno del gobierno se mantiene latente.
La Casa Militar, responsable del cuidado de las sedes presidenciales y la seguridad de los mandatarios, se encuentra ahora en un período de transición mientras se espera el anuncio oficial del nuevo jefe. Mientras tanto, las especulaciones continúan en torno a los motivos y las implicaciones políticas de esta inesperada movida en el corazón del poder ejecutivo argentino.
