Las desgarradoras imágenes de las lagunas de Melincué, en el sur santafesino, y la de Gómez, cerca de Junín en la provincia de Buenos Aires, dan testimonio de la devastación causada por la histórica sequía que ha afectado a Argentina en los últimos años.
La laguna de Melincué ha experimentado una reducción asombrosa, pasando de ocupar 30 mil hectáreas en 2017 a apenas 3 mil en la actualidad. Mientras tanto, la laguna de Gómez, ubicada en el noroeste bonaerense, se encuentra totalmente seca.
Delqui Nocino, secretario de Obras Hídricas de Melincué, explicó que la sequía, comparable a condiciones observadas en los años 1906 o 1908, se atribuye principalmente a la escasez de lluvias, un componente del cambio climático. Además, otros factores como el cambio de labranza, la falta de arboledas y la ausencia de proyectos para compensar los espejos de agua contribuyen a esta preocupante situación.
Las imágenes aéreas revelan la dramática disminución de la laguna de Melincué, que, a pesar de la sequía, se mantiene en alerta ante posibles crecidas debido a las lluvias pronosticadas. Se han implementado medidas defensivas, incluyendo la construcción de un dique de contención y la creación de una defensa entre el casino y el hotel para proteger la localidad.
Laguna de Milencué: comparación de febrero 2019 (izquierda) con febrero 2024 (derecha). (Fuente: Jorge Giometti)
En la zona de Junín, la laguna de Gómez, destacado atractivo turístico, ha experimentado una disminución drástica en su nivel de agua, llegando a encontrarse completamente seca por primera vez en unos 70 años. Fernando Almeida, periodista de Canal 2 de Junín, advierte sobre la gravedad de la situación y la incertidumbre sobre cuándo se recuperará el caudal de la laguna.
La sequía ha alcanzado tal magnitud que el lecho seco de la laguna de Gómez permitió a un piloto realizar un aterrizaje de emergencia, evidenciando la crítica situación. A pesar de la visita de funcionarios del área de Hidráulica de Buenos Aires, quienes indican una recuperación "a largo plazo", la incertidumbre y la gravedad de la sequía persisten en estas emblemáticas lagunas argentinas.
