La concejala Fernanda Gigliani ha presentado un proyecto para abordar la disparidad en el acceso al agua potable en Rosario, donde barrios enteros dependen de cuvas o perforaciones clandestinas mientras algunos edificios del microcentro utilizan la red de agua para llenar piscinas.
La propuesta de Gigliani busca que todas las nuevas construcciones en la ciudad cuenten con instalaciones técnicas para colocar medidores de agua. Además, sugiere la instalación de un Macro Medidor en edificios ya construidos, para que el pago se realice por consumo de agua en lugar de por metros cuadrados de propiedad.
Gigliani identifica múltiples factores que contribuyen a la escasez de agua, incluyendo la falta de inversión en infraestructura, el aumento de edificaciones en altura, demoras en obras del Acueducto del Gran Rosario y desfinanciamiento gubernamental. Señala también la obsolescencia de la red de distribución en el primer anillo perimetral de la ciudad.
La concejala propone la creación de una mesa de trabajo que involucre a diversas partes interesadas, incluyendo Aguas Santafesinas, el Ente Regulador de Servicios Sanitarios, la Universidad Nacional de Rosario y la Asociación de Consumidores y Usuarios, para discutir soluciones a esta problemática.
Gigliani enfatiza que su objetivo no es obstaculizar el desarrollo de la ciudad, sino promover un crecimiento sostenido y equilibrado, con acceso equitativo a servicios esenciales para todos los residentes de Rosario.
