El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se encuentra bajo presión por la creciente delincuencia juvenil y las amenazas persistentes contra su familia, generando preocupación en la provincia.
(Alan Monzón / Rosario3)
En una reciente declaración, Pullaro vinculó los delitos perpetrados por menores de edad a la falta de perspectivas de vida y a la necesidad de una intervención más profunda del Estado.
Según el mandatario, la aprehensión de tres adolescentes que arrojaron una molotov a un colectivo evidencia la influencia de las organizaciones criminales sobre los jóvenes. "Que un chico de 12, 13 o 14 años cometa un delito violento habla claramente de que el Estado tiene que contener y darle una perspectiva de vida diferente que no se le está dando", afirmó Pullaro.
El incidente ocurrió cerca de las 2 del pasado sábado, cuando un grupo de al menos cuatro jóvenes atacó un colectivo en Rondeau al 300. Los agresores, de 18, 15 y 13 años, fueron capturados, y se descubrió que vivían en un orfanato, presuntamente reclutados por mafias para cometer atentados.
Además, el gobernador denunció que nuevamente recibió amenazas, esta vez en una oficina pública del centro de Rosario. En el mensaje, se hace referencia a su entorno íntimo, y Pullaro señaló que las amenazas están relacionadas con su política de mantener a los presos que cometen delitos en pabellones de alto perfil.
"Estamos acostumbrados", dijo Pullaro, quien añadió que no se dejarán amedrentar y que seguirán luchando contra la delincuencia. Sin embargo, expresó su preocupación por la seguridad de su familia y reveló que el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, también fue amenazado en el ataque contra el colectivo.
La situación generó un llamado urgente a reforzar las políticas sociales y de seguridad en la provincia para abordar tanto la delincuencia juvenil como las amenazas contra las autoridades.
