A pocas semanas del primer gran compromiso financiero de 2026, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el Gobierno nacional trabaja para afrontar el vencimiento de US$ 4.200 millones con los bonistas sin necesidad de realizar una emisión de deuda en el mercado internacional. El titular del Palacio de Hacienda remarcó que la intención oficial es romper con la dinámica de endeudamiento en Nueva York para fortalecer el financiamiento interno.
La estrategia para evitar el mercado internacional
A través de sus redes sociales, el funcionario despejó dudas sobre la hoja de ruta financiera para el inicio del año. Ante la consulta de si el Ejecutivo planeaba buscar fondos en la Bolsa de Nueva York para cubrir las obligaciones de enero, Caputo fue tajante: “Trataremos que no la haya. El objetivo es ir eliminando la dependencia que el país tiene con Wall Street. ¿Lo vamos a poder lograr? Nosotros creemos que sí”.
Esta postura se alinea con la visión del Gobierno de consolidar un mercado de capitales local que permita un crecimiento sostenido. Según el ministro, depender de los bonos soberanos externos debe ser algo "marginal" para la Argentina. No obstante, cabe destacar que, por el momento, el Poder Ejecutivo no cuenta con la autorización legal para emitir deuda externa sin el aval del Congreso, una facultad que está incluida en el proyecto de Presupuesto 2026.
Las alternativas de financiamiento y el rol de los bancos
Para garantizar el pago a los tenedores de bonos reestructurados en 2020, Caputo señaló que existen diversas herramientas sobre la mesa. Una de las opciones más firmes es la concreción de un préstamo tipo REPO con bancos internacionales, que podría alcanzar los US$ 7.000 millones.
“El repo ya nos asegura que podemos. Pero estamos trabajando en otras alternativas de cara al futuro”, explicó el ministro. Además de los préstamos bancarios, el equipo económico no descarta la utilización de los swaps de monedas vigentes con China y Estados Unidos, ni la realización de operaciones de mercado de último momento, incluso el mismo viernes 9 de enero, fecha límite del pago.
Los fondos disponibles y el cierre de la brecha financiera
De acuerdo con las estimaciones oficiales, el Tesoro ya ha garantizado una parte sustancial de los recursos necesarios. El pasado 10 de diciembre se obtuvieron US$ 1.000 millones mediante la colocación del Bonar 2029. Sumado a los depósitos actuales, que rondan los US$ 2.000 millones, y el reciente ingreso de US$ 700 millones por la privatización de las represas del Comahue, la brecha a cubrir se ha reducido significativamente.
Actualmente, el Gobierno necesitaría conseguir poco menos de US$ 1.500 millones adicionales para completar el pago total a los bonistas. El optimismo del Palacio de Hacienda radica en que el esquema de financiamiento actual permite sortear la coyuntura de corto plazo sin comprometer la estrategia de desendeudamiento externo que busca implementar Javier Milei.


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