El sistema financiero y las redes de cobranza extrabancaria aceleraron el lanzamiento de herramientas para financiar el pago de servicios básicos. Ante el fuerte incremento de las tarifas, que volvieron a superar el índice general de inflación durante el último año, bancos y empresas del sector buscan ofrecer flexibilidad a las familias para evitar que se dispare la morosidad en rubros esenciales como luz, gas y agua.
El impacto de las tarifas en el bolsillo familiar
La dinámica de precios de 2024 y 2025 dejó a los servicios en una posición crítica dentro del presupuesto hogareño. Según datos del Indec, mientras que el IPC avanzó un 27,9% en los primeros 11 meses de este año, los servicios treparon un 38,4%. Esta brecha profundizó una tendencia que ya se había manifestado el año anterior, cuando los servicios subieron un 189% frente a una inflación del 117,8%.
A diferencia del consumo masivo o el esparcimiento, donde el usuario puede recortar gastos, los servicios públicos son de carácter esencial. Maximiliano Babino, gerente general de Pago Fácil, explicó que las facturas se actualizan de manera sostenida mes a mes: “Las personas ya no pagan todas las cuentas juntas al principio del mes, sino que van cancelando a medida que tienen fondos disponibles”.
Financiamiento en cuotas: la nueva apuesta del sector
Para adaptarse a esta realidad, las principales redes de cobranza están integrando el crédito como opción de pago. Pronto Pago ya habilitó la posibilidad de elegir planes de cuotas según la entidad emisora del plástico. Mauro Giaccone, CEO de la firma, señaló: “Muchos usuarios necesitaban flexibilidad para afrontar compromisos de alto monto, como impuestos anuales o servicios vencidos”.
Por su parte, desde Pago Fácil anticiparon que trabajan para incorporar próximamente el pago con tarjeta de crédito en hasta tres cuotas. En el sector bancario, el BBVA ya picó en punta con una función en su aplicación que permite cuotificar en hasta 12 pagos tanto consumos únicos como débitos automáticos de servicios, bajo una etiqueta identificada como "Financiable".
Morosidad y sostenibilidad del sistema
La contracara de estas facilidades es el nivel de endeudamiento de las familias. Los últimos registros indican que el atraso en el pago de tarjetas llegó al 7,4% en septiembre. Sin embargo, los referentes del sector confían en que esta herramienta no empeorará la situación, ya que la financiación está sujeta a los límites de crédito que cada banco otorga a sus clientes tras un análisis de riesgo.
Esta estrategia busca que los usuarios puedan "repartir" el impacto de meses con facturas estacionales muy elevadas sin caer en el corte del suministro. La medida refleja un cambio de hábito en el consumo local: la tarjeta de crédito ya no solo se usa para bienes durables o indumentaria, sino para sostener el funcionamiento básico del hogar.
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