El mercado de Chicago registró una mejora significativa en el precio de la soja, que alcanzó su valor máximo en los últimos 15 meses. El presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, celebró el repunte, pero moderó las expectativas sobre un regreso a los niveles históricos registrados hace una década.
Idígoras señaló que el grano venía de una "fuerte caída" con precios cercanos a los $350 por tonelada. Hoy, con valores que superan los $410 por tonelada y posiciones futuras de la cosecha argentina en torno a los $420, se genera una señal de estímulo para el productor, invitándolo a invertir y buscar mayores rendimientos.
Esta tendencia también favorece directamente a la Argentina, dado que el país industrializa la soja y exporta principalmente harina y aceite, productos cuyo valor también escaló. La harina es, de hecho, la principal fuente de ingresos del complejo sojero nacional.
Los Factores Geopolíticos que Impulsan la Suba
El principal motor detrás de esta escalada de precios es de naturaleza geopolítica. El acuerdo preliminar entre Xi Jinping y Donald Trump, que incluye la compra de poroto de soja estadounidense por parte de China, está destrabando la relación comercial y generando un impulso en Chicago.
Idígoras destacó que este escenario beneficia al productor local, a pesar de que este "sigue afrontando una retención del 26% en los derechos de exportación". Sin embargo, el cerealero advirtió que la suba actual está "lejos de los valores récord de $650 por tonelada que vimos en 2012".
El factor que limita el techo de los precios es el rol de Brasil, que se consolidó como el principal productor mundial, con 200 millones de toneladas frente a un consumo global de 120 millones. Esta sobreoferta del gigante sudamericano "tiende a planchar los precios", explicó.
El Debate por las Retenciones y los $15.000 Millones Adicionales
El presidente de Ciara-CEC reiteró la necesidad de eliminar los derechos de exportación. Mencionó estudios realizados junto a las Bolsas de Cereales y de Comercio, que demuestran que el argumento del déficit fiscal es "engañoso".
Según estos análisis, la rápida recuperación del sector agrario al eliminar las retenciones no implicaría una pérdida fiscal, sino un reemplazo: se cambiaría un impuesto distorsivo por otros tributos, como Ganancias.
Idígoras proyectó que la producción de soja, estancada en 50 millones de toneladas por 15 años, podría crecer a 75 millones si se eliminaran los gravámenes. Esto inyectaría unos $10.000 millones de dólares adicionales. Si se suma el impacto en maíz, trigo y girasol, el incremento total podría alcanzar los $15.000 millones de dólares anuales en la economía.
La Duda sobre el Impacto Real en el Productor Local
A pesar del optimismo por la mejora en Chicago, analistas advierten sobre la limitada o asimétrica transferencia del precio internacional al mercado argentino.
El consultor agropecuario Javier Preciado Patiño señaló que, mientras la soja subió de $376 a $411 en Chicago en el último mes, en el mercado de futuros local (A3) el valor bajó de $343 a $335. Es decir, "Chicago no necesariamente va a ser copiado por el mercado local".
No obstante, la reactivación del comercio global y la vuelta de China al mercado estadounidense podrían mejorar la competitividad de los subproductos argentinos. "Con China volviendo al mercado estadounidense a proveerse, libera materia prima para la industria local", lo que daría dinamismo a la harina de soja.
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