Agustín Chiminelli fue condenado este viernes a prisión perpetua por el brutal femicidio de su vecina, María Alejandra Abbondanza, ocurrido en septiembre de 2022 en Campana. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de Zárate-Campana dictó la sentencia, que también alcanzó a los progenitores del femicida. El padre, Carlos Chiminelli, recibió 18 años de cárcel, y la madre, Liliana Sánchez, fue condenada a 17 años, por su participación en los abusos previos y el posterior encubrimiento del crimen.
La Participación de los Padres en el Encubrimiento Agravado
El fallo del TOC N°2 reconoció la responsabilidad de los tres acusados, generando conformidad en la familia de la víctima. El abogado Hugo Tomei confirmó las condenas para los padres de Chiminelli por encubrimiento y por ser partícipes en los abusos que precedieron al crimen. El padre, además, fue sentenciado por tenencia ilegal de arma de fuego. Si bien ambos progenitores quedarán bajo prisión domiciliaria hasta que la condena quede firme, la hermana de la víctima, Ana Laura Abbondanza, había pedido justicia públicamente: “Yo les pido, con todo lo que soy, que condenen a quienes callaron. Que reconozcan que el silencio fue parte del crimen”.
Detalle Macabro del Femicidio de María Alejandra Abbondanza
Según la requisitoria fiscal, María Alejandra Abbondanza fue asesinada en la casa de los Chiminelli “entre las 17.30 del 16 de septiembre de 2022 y las 8 del 17 de septiembre de 2022”. La víctima recibió golpes en la cabeza con un elemento contundente, presumiblemente una mancuerna de dos kilos, lo que le causó la muerte. Posteriormente, el cuerpo fue descuartizado y las partes fueron subidas a la terraza para ser quemadas en la parrilla, en un intento de borrar los rastros. El propio Agustín Chiminelli se dirigió al tribunal manifestando: “Quiero manifestar el dolor que tengo. Estuvo mal lo que hice. Quiero pedir perdón a la familia de Alejandra”.
Patrón de Violencia de Género y Complicidad Familiar
La acusación señala que el padre y la madre de Agustín Chiminelli arribaron a la vivienda mientras Alejandra aún estaba con vida, presentando heridas de gravedad. A partir de allí, realizaron “diversas maniobras tendientes a eliminar los rastros del hecho, con el fin de ocultar el accionar desplegado por su hijo y procurar su impunidad”. Cinco días antes del femicidio, Chiminelli ya había sido denunciado por violencia de género por una ex pareja y contaba con una restricción perimetral. Los informes psicológicos revelaron un "evidente patrón de comportamiento que se retroalimenta" entre el femicida y su madre, Liliana Sánchez, quien ejercía un control y sobreprotección, llegando a facilitar los abusos y agresiones de su hijo.
Historial de Abusos y Agresiones Previas
Declaraciones de tres ex parejas de Chiminelli incorporadas al expediente judicial revelaron un historial de agresiones físicas, abusos sexuales y amenazas, con la presunta complicidad de los padres. Una de las mujeres relató que, tras denunciarlo, la madre intentó contactarla. Otra ex pareja describió episodios donde el acusado era agresivo bajo los efectos del alcohol y que ella “accedía por miedo” a que Chiminelli “se ponga peor y me mate”. Además, relató haber recibido un mensaje amenazante de la madre: “Me dijo que yo ‘la iba a pagar’ porque Agustín había perdido un dedo”. Una tercera víctima afirmó que los padres estaban presentes durante los abusos y nunca intervinieron, reforzando la tesis de una dinámica familiar marcada por el control, donde la madre “lo cubría en todo”.




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