La crisis del tomate se extiende por todo el país, impactando ahora al Mercado de Productores de Rosario, donde las ventas han disminuido en un 60%. Este descenso afecta a todos los productos del mercado, reflejando una significativa baja en el consumo de un alimento que históricamente tuvo una alta demanda.
Los comerciantes del mercado local se enfrentan a un desafío diario. Héctor Mariani, un histórico vendedor, relata en LT8 que la falta de ventas los obliga a desechar parte de su mercadería, lo que se traduce en pérdidas totales. A pesar de que el cajón de 20 kilos de tomate "no está caro", con precios que oscilan entre 10.000 y 12.000 pesos, la demanda no responde. Algunos cajones de invernadero alcanzan los 20.000 pesos. Mariani, quien califica a este año como "para el olvido", explica que la venta "cada vez es menos", lo que atribuye a un cambio en los hábitos de consumo. Aún así, le cuesta entender la situación, ya que "somos más millones de argentinos, tendríamos que vender más".
La crisis es aún más grave en las provincias productoras como Mendoza, San Juan, Corrientes, Salta, Jujuy y Buenos Aires. La sobreoferta, la subida de costos y la competencia de productos importados de Chile y Paraguay están llevando a los productores a situaciones extremas. En Corrientes, por ejemplo, los horticultores de Santa Lucía se han visto forzados a tirar sus cosechas. En Jujuy, algunos productores llevaron a cabo un "tomatazo" en la Plaza Manuel Belgrano, distribuyendo su producto para visibilizar la gravedad de la situación.
A pesar de que la demanda global de tomates es sólida, con un mercado que se proyecta en constante crecimiento, en Argentina el consumo per cápita anual se mantiene en aproximadamente 16 kilos. Con una superficie de producción de unas 17 mil hectáreas y rendimientos que pueden llegar a las 80 toneladas por hectárea, la industria local enfrenta un momento crítico. Un productor jujeño advirtió: "si no trabajamos, no tendrán más para vender", lo que podría generar escasez y una fuerte subida de precios en el futuro.
Crisis del tomate: Productores tiran la cosecha por derrumbe de precios y la competencia de importaciones
La crisis del tomate ha estallado en las principales provincias productoras de Argentina, incluyendo Mendoza, San Juan, Corrientes, Salta, Jujuy y Buenos Aires. El sector se enfrenta a una combinación de factores adversos: sobreproducción, una caída en el consumo, un aumento en los costos de producción y la competencia directa de productos importados, principalmente de Chile y Paraguay.
Esta situación ha llevado a que los precios se desplomen a niveles insostenibles. Miguel Tomasella, un productor de Santa Lucía, Corrientes, reveló al diario Época que les están ofreciendo solo $3.000 por un cajón de 20 kilogramos, el mismo precio que los consumidores pagan por un solo kilo en el supermercado. Ante este escenario, Tomasella se vio obligado a tirar 60 cajones de tomates la semana pasada y considera hacer lo mismo en los próximos días. Según explica, los centros de distribución rechazan la mercadería argumentando que está "muy madura".
Con los ánimos "por el piso", muchos productores están considerando dejar la actividad. Algunos planean regalar su cosecha en la ruta, una medida desesperada que ya tomaron en años anteriores, mientras que otros están evaluando abandonar sus cultivos por completo. Para Tomasella, el precio mínimo para salvar la temporada sería de $15.000 por cajón.
En Jujuy, la protesta ya se hizo sentir. Productores locales llevaron a cabo un "tomatazo" en la Plaza Manuel Belgrano, distribuyendo su producción a la gente para visibilizar la "crítica situación" que atraviesan. Un productor jujeño advirtió que si no trabajan, habrá una escasez de verdura y los precios se dispararán, describiendo la situación como un "drama" para quienes solo saben cosechar tomate.
La problemática no se limita solo al tomate, según Sergio Alarcón, un pequeño productor de Jujuy. La "mucha verdura" disponible en el mercado contribuye a la caída de los precios. Alarcón lamentó que, a pesar del "sacrificio" y el "tiempo" invertido, el tomate "hoy no vale nada". Las importaciones de Paraguay, Chile, Brasil e incluso Bolivia, están "haciendo daño" al sector, ya que influyen directamente en la caída de los precios.
El ingeniero agrónomo Juan García, de Salta, recordó que el año pasado los precios eran buenos, lo que atrajo a exportadores chilenos que lograron vender un cajón por más de 25 dólares. Ahora, con un dólar más bajo, la importación se vuelve más atractiva. La desesperación es tal que en Goya, Corrientes, los productores están ofreciendo los cajones "al precio que quiere llevar la gente", ya que la única otra opción es "tirarlos".
A pesar de la situación local, la demanda global de tomates es sólida y en crecimiento. El consumo per cápita en Argentina se estima en 16 kilos anuales, y la producción del país, concentrada en varias provincias, se distribuye a través de diversos canales, desde la venta directa hasta mercados concentradores. La superficie total dedicada al cultivo de tomate en Argentina es de alrededor de 17 mil hectáreas.




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