En medio del recrudecimiento del conflicto entre Irán e Israel, el gobierno iraní lanzó una dura advertencia contra Rafael Grossi, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y diplomático argentino.
La amenaza se enmarca en una denuncia formal que Irán presentó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra Grossi. La República Islámica lo acusa de tener una “actitud parcial” respecto a su programa nuclear y de emitir declaraciones que, según el régimen, contravienen el principio de imparcialidad que rige el accionar de la AIEA.
Saeed Iravani, el embajador iraní ante la ONU, envió una carta al secretario general, António Guterres, argumentando que las recientes advertencias de Grossi sobre el posible desarrollo armamentístico de Irán coincidieron con los bombardeos israelíes, lo que Teherán interpreta como un alineamiento con sus adversarios. Iravani también cuestionó que el director de la AIEA "omitió cualquier referencia a las amenazas o ataques contra instalaciones nucleares de otros países."
Por su parte, Rafael Grossi había manifestado días atrás su preocupación por el nivel de enriquecimiento de uranio en Irán.
A pesar de la creciente tensión, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, expresó su disposición a retomar el diálogo con Europa.
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