En la recta final hacia las elecciones presidenciales de Bolivia, el empresario y candidato Samuel Doria Medina, quien lidera las encuestas de intención de voto, ofreció una entrevista exclusiva a Infobae desde Santa Cruz de la Sierra. Doria Medina, una figura reconocida en el ámbito empresarial boliviano y con una vasta trayectoria política que incluye ministerios y candidaturas previas, compartió detalles sobre su plan de gobierno y la posición internacional que adoptaría su país si llega a la silla presidencial.
A sus 66 años, Doria Medina se presenta por cuarta vez como candidato en un momento crucial para Bolivia, ante un vaticinio de fin de ciclo económico y político. El aspirante presidencial abordó la crisis económica que atraviesa el país, enfatizando que el principal problema es de índole fiscal. Propone devolver la estabilidad en 100 días, para lo cual considera fundamental revertir las subvenciones y cerrar empresas estatales. Adicionalmente, plantea la creación de un fondo de estabilización de cinco mil millones de dólares, anticipando que este se consolidaría en seis meses hasta que las exportaciones logren reaccionar.
Al ser consultado sobre la financiación de dicho fondo, Doria Medina explicó que no se basaría únicamente en créditos. Anticipa el retorno de dólares que exportadores bolivianos mantienen en el exterior debido a la actual incertidumbre, así como la movilización de los diez mil millones de dólares en efectivo que se estiman guardados “debajo de la cama” de los ciudadanos. Se muestra optimista sobre la posibilidad de obtener apoyo de organismos internacionales, señalando al FMI como una de las instituciones que podría brindar facilidades rápidas, aunque reconoce que este organismo espera ver resultados primero. Además, confía en obtener una mayoría en el congreso, ya que los bolivianos son conscientes de la necesidad de un gobierno con respaldo legislativo.
En cuanto a la política exterior, el candidato manifestó su intención de terminar con el aislamiento de Bolivia de los últimos 20 años. Su gobierno buscará relaciones con todos los países que beneficien el desarrollo de la nación, incluyendo el restablecimiento de lazos plenos con Estados Unidos, sin dejar de mantenerlos con China y Rusia. La única excepción serán las dictaduras de Sudamérica.
Doria Medina también se refirió a la cooperación de Bolivia con Irán en materia de defensa y seguridad, un aspecto que ha generado sorpresa. El candidato fue enfático en señalar que su administración formará parte de las democracias del mundo.
Sobre el debate entre medioambiente y producción, el candidato afirmó que, en caso de contradicciones, priorizará la producción, aunque aclaró que el objetivo es un desarrollo ambientalmente sostenible. Confirmó su disposición a firmar iniciativas internacionales como el acuerdo de Deforestación Cero para 2030, algo que Bolivia no hizo en el pasado.
Respecto al régimen impositivo del sector agropecuario, que actualmente paga bajos impuestos, Doria Medina reconoció la insostenibilidad de la situación económica boliviana, donde solo un millón de personas se encuentran en el sector formal. Plantea replantear el sistema tributario para establecer cargas similares en todos los sectores, antes de considerar un aumento directo de impuestos.
La industria del litio, estancada por proyectos paralizados y contratos no aprobados, fue otro de los puntos clave de la entrevista. Doria Medina lamentó la mala gestión en este ámbito y sugirió que, lamentablemente, se deberá empezar de cero, incluso con la elaboración de una ley adecuada para el sector.
Uno de los temas más contundentes de la conversación fue la lucha contra el narcotráfico. El candidato aseguró que "en los últimos 20 años se ha cohabitado con el narcotráfico", señalando que es imposible que capos de la droga operen con identidad boliviana sin conocimiento de las autoridades. Su propuesta es que las autoridades no sean cómplices y se trabaje con las policías de todos los países del mundo, incluida la norteamericana.
Finalmente, sobre la situación jurídica de Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho, considerados "presos políticos", Doria Medina calificó la detención de Áñez de "ilegal" y "trofeo político", mientras que el caso de Camacho lo describió como un "secuestro" y "venganza política" por su rol en el reclamo de 2019. En cuanto a la alianza con Creemos, el partido de Camacho, aclaró que el acuerdo es de participación legislativa, pero no ejecutiva, y que invitará a las mejores personas para los cargos ministeriales, sin importar su origen partidario.
Doria Medina concluyó explicando su motivación personal para buscar la presidencia, a pesar de su éxito empresarial: "No los podría mirar a los ojos (a sus hijos y nietos) si no hago todo lo posible para resolver los problemas del país, y que ellos no tengan que irse a buscar oportunidades y trabajo a otro país." Afirmó que la única garantía de cambio es un presidente con un perfil diferente, proveniente del empresariado, capaz de tomar decisiones rápidas y buscar a la mejor gente, a diferencia de los políticos que, según él, posponen los problemas.
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