Distintas organizaciones rosarinas que promueven la regulación del cannabis medicinal han recibido con optimismo la nueva resolución del gobierno nacional que modificó los requisitos para inscribirse en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), derogando una normativa anterior con restricciones. Si bien las entidades reconocen que la novedad es auspiciosa, señalan que persisten algunos "grises" en la flamante normativa.
La resolución 1.780/2025, publicada en el Boletín Oficial, busca corregir los "efectos adversos del sistema" actual y reordenar el marco normativo para cultivadores con fines terapéuticos. Sin embargo, para muchas organizaciones y activistas, aún queda mucho por definir, especialmente en lo que respecta al registro nacional de semillas.
Voces de las ONG sobre la nueva normativa del Reprocann
Desde "Madres que se plantan", Carina Prietto, en declaraciones a La Capital, destacó que el "reclamo siempre fue tener un producto para nuestros hijos, esa fue nuestra batalla de siempre". Aunque el anuncio está en fase de análisis, Prietto subrayó la importancia de reconocer el "rol fundamental" de las ONG para "muchas familias que no saben dónde caer" a partir de este reordenamiento. La activista propone discutir "qué avances se tomaron o no a partir de tomar el control de la planta".
También manifestó su preocupación por los "mecanismos burocráticos" previstos en la nueva enmienda para el registro, alta y baja de usuarios y terceros. A pesar de que la normativa "le otorga preponderancia a los cultivadores", Prietto señala que "aún falta saber cuáles son los entes que van a supervisar". Considera que esta normativa "retrotrae a la base de la ley 27.350" sobre el uso medicinal del cannabis, buscando un "mayor control y rigurosidad sanitaria" e introduciendo a las "personas jurídicas", aunque su implementación aún es incierta.
Prietto enfatizó la continua búsqueda de legitimación, tanto para su organización como para la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (Aupac). Argumentó que las organizaciones "cubren lo que el Estado no se encarga". Para Madres que se Plantan y otras ONG, el requisito de contar con un director técnico médico y otro especialista en la parte productiva no es una novedad, ya que "ya venían trabajando desde hace tiempo" con estos perfiles.
Un paso esperado, pero con interrogantes
Mariano Malvar, referente del Centro de Estudios Interdisciplinarios para la Salud (Ceis), calificó la resolución como "muy incipiente" pero la celebró por brindar un "marco regulador". Expresó que era una "resolución que estábamos esperando" y que su organización es la cuarta en obtener un permiso acorde a las normas. Sin embargo, indicó que "todavía está muy verde la cuestión de fondo", planteando interrogantes sobre el futuro de la licencia del Instituto Nacional de Semillas (Inase), que vence a fin de mes.
Malvar resaltó que la norma "habilita proyectos de investigación que no estaban del todo claros", apoyando la "continuidad de la investigación sobre los usos de la planta y nuevos destinos para distintas patologías". Mencionó la incorporación de nuevos actores que su ONG ya poseía, como ingenieros agrónomos, especialistas en cromatografía de lotes y médicos, que "vendrían a darle un marco riguroso".
El Ceis realiza estudios y análisis de cultivo en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Universidad de Buenos Aires (UBA), desarrollando proyectos de investigación. Aunque celebran la formalización de estas prácticas, Malvar señaló la falta de claridad en el "alta y baja de usuarios en el Reprocann, un trámite que suele demorar unos cuantos meses". Destacó que "todo lo que sirva para la regulación de la industria es bienvenido y un poco más adaptado a la realidad", reconociendo el "costo alto" de las investigaciones y estudios cromatográficos, aunque estén organizados en convenios con universidades nacionales.
El equipo interdisciplinario del Ceis cuenta con alrededor de "71 profesionales", incluyendo médicos, kinesiólogos, musicoterapeutas, psicólogos, ingenieros agrónomos, productores, especialistas en analítica y voluntarios, que operan con "presupuestos modestos". Sin embargo, persisten interrogantes para quienes fomentan el cannabis medicinal, especialmente sobre cómo se abordarán los casos de personas que buscan inscribirse con una ONG tras haber producido aceite de manera casera, ya que hasta ahora no tenían esa opción.
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