Tras la devaluación, los inversores festejan la vuelta del carry trade
En una semana corta, marcada por feriados, el mercado financiero reaccionó con entusiasmo ante la sorpresiva modificación del régimen cambiario impulsada por el Gobierno nacional. La medida, que incluyó la devaluación del dólar oficial dentro de una banda de flotación y un aumento en la tasa de interés, fue interpretada por los actores de la city como el puntapié para el regreso del "carry trade", estrategia que consiste en aprovechar la diferencia de tasas entre monedas para obtener ganancias financieras.
El nuevo esquema también contempla la apertura del cepo para no residentes por un plazo de seis meses, lo que acelera el circuito especulativo. Para el ministro de Economía, Luis Caputo, esta maniobra es clave para cumplir una de las metas más difíciles acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI): "la acumulación de reservas".
El economista Miguel Kiguel, de Econviews, celebró la calma en el mercado: “Las señales iniciales son alentadoras y hay buenas razones para pensar que el programa puede funcionar”. Su optimismo se basa en tres pilares: una mejor cosecha gruesa que aumentará la oferta de dólares, el retorno del carry trade y la existencia de un techo cambiario como especie de seguro para los inversores.
Uno de los primeros jugadores en subirse a esta bicicleta financiera fue JP Morgan, que recomendó a sus clientes invertir en Lecap con vencimiento el 15 de agosto de 2025. Por su parte, Jorge Vasconcelos, del Ieral, señaló que el carry trade “podría recomponerse rápidamente, dada la atractiva tasa en pesos y la ‘garantía’ de un techo de $1.400 para el dólar”. Además, agregó que la baja temporal de retenciones (que finalizaría en junio) y la posible reducción de la brecha cambiaria podrían reactivar el crédito y las emisiones de obligaciones negociables.
Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, fue más cauto. Según su análisis, esta nueva etapa no será tan intensa como la de 2024 y “las tasas van a ser más volátiles y probablemente más elevadas en términos reales”. No obstante, advirtió que el impacto se trasladará a la economía real.
Ajuste y actividad económica
El economista Claudio Lozano se mostró crítico: “Lo que se viene es un nuevo ajuste fundado en devaluación, aumento de precios, suba de la tasa de interés, caída de salarios, jubilaciones y poder adquisitivo”. También advirtió que el encarecimiento del servicio de la deuda pública por el alza de tasas forzará un mayor ajuste del gasto en un contexto de endeudamiento creciente.
Desde la consultora Vectorial, Haroldo Montagu opinó que “esta devaluación tampoco impactaría en mayores exportaciones”. Osvaldo Giordano, de la Fundación Mediterránea, coincidió: “No cabe esperar un salto significativo en la competitividad cambiaria, como ocurrió en diciembre de 2023”.
Esta ventaja cambiaria limitada genera fricciones con los exportadores, especialmente con el sector agropecuario, a quienes el presidente Javier Milei les exigió mayor liquidación. También hay tensiones con el FMI, que recomienda que el Banco Central intervenga “dentro de la banda”, mientras que el Gobierno insiste en hacerlo solo en el piso, lo que podría derivar en una apreciación del tipo de cambio real, tasas más altas, menor actividad y pérdida de competitividad.
Lucas Caldi, de PPI, evaluó que si el dólar se sostiene en el piso de la banda, los retornos en dólares por carry trade serían “sensacionales”: en un mes, podrían superar el 25% al invertir en Lecap y mantener el dólar planchado.
Metas de reservas en la mira
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) destacó que la meta de acumulación de reservas es la más desafiante del acuerdo con el FMI. “Para alcanzar la meta de junio se deben acumular u$s 4.400 millones y para la meta de diciembre, u$s 8.900 millones”, detallaron.
Según un informe del Banco Provincia, el Banco Central debería comprar un promedio de u$s 130 millones diarios para cumplir la meta. En enero y febrero, solo promedió u$s 75 millones. Además, en julio deberá enfrentar vencimientos por u$s 4.500 millones en bonos Globales y Bonares.
Inflación y precios en la mira
Otro efecto adverso del nuevo esquema es el impacto inflacionario. Giordano advirtió que “habrá que soportar un incremento adicional en la inflación”. El Gobierno, pese a su rechazo previo a controles, activó negociaciones con supermercados para frenar remarcaciones de precios.
Las consultoras privadas estiman que la inflación de abril se ubicará entre el 3,4% y el 4%, con alimentos liderando los aumentos. Ante esto, el Gobierno avanza con una actualización del índice de precios al consumidor (IPC) que publica el Indec.
En medio de esta tensión, el presidente Milei utilizó sus redes para enviar un mensaje directo a los consumidores: “Si te aumentan el precio, no compres”. Lo hizo compartiendo una caricatura de Nik en la que Gaturro levanta la mano en señal de “alto”, promoviendo la resistencia a las subas.
En la misma línea, Milei replicó otro posteo de Nik en X, celebrando que “los supermercados rechazaron a las empresas de alimentos que aumentaron sus precios”. Víctor Palpacelli, titular de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), confirmó que están negociando con proveedores para retrotraer las listas con subas de hasta 12%.
“Estamos en una etapa de diálogo con la industria para volver atrás estas comunicaciones”, explicó Palpacelli. Aclaró que los supermercadistas no aceptarán ajustes apresurados, sobre todo en un contexto donde las ventas caen hasta 6% interanual.
La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) también se expresó, rechazando los aumentos y apelando a la “responsabilidad de los proveedores para evitar especulaciones que generan incertidumbre”. Denunciaron que el verdadero problema no es el dólar, sino “los impuestos distorsivos y los costos ocultos”.
Por su parte, la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) reafirmó: “No aceptaremos listas con aumentos desmedidos. Nuestro objetivo es ofrecer productos de calidad al mejor precio”.
Finalmente, el ministro Caputo celebró en X que “los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de Unilever y Molinos con alzas del 9% al 12%”, validando así el intento del Gobierno de contener la inflación desde el consumo.
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