Newell’s sobrevivió a los penales: una noche de errores, redenciones y un arquero espectador

Cocoliso erró todo en los 90 y puso a la Lepra al borde la cornisa en los penales. Saldó su deuda Juanchón y Keylor no la tocó nunca. Así fue el triunfo de Newell's.

El tirito de Cocoliso, como se lo recordará en la memoria leprosa, quedó marcado como símbolo de una noche intensa y angustiante. A pesar de su gran despliegue físico, el 9 leproso erró todo durante los 90 minutos y, como si eso fuera poco, falló su penal y dejó al equipo al borde de la eliminación. Pero el destino le tenía reservado otro camino a Newell's.

Fue un partido extraño el que se vivió en Vicente López. De esos que solo el fútbol puede ofrecer. Ordinario, hasta aburrido en la primera parte. Pero de gran intensidad y adrenalina en la segunda mitad. El trámite, en gran parte, lo dominó Newell’s ante un Kimberley del Federal A que sorprendió con sacrificio, entrega y un arquero que fue la gran figura de la noche.

Ese arquero fue Tomás Casas, el uno marplatense que se terminó imponiendo incluso por sobre la jerarquía de Keylor Navas, el costarricense tres veces campeón de la Champions League, quien ni siquiera logró tocar una pelota en toda la noche.

Casas le atajó el segundo penal a Cocoliso González, el paraguayo que llegó libre del fútbol mexicano y que mostró chispazos al comienzo, como aquel golazo anulado frente a Defensa y Justicia. Pero desde entonces, no volvió a convertir. Ni en los 90 ante Kimberley, donde tuvo varias oportunidades, ni en la serie de penales que casi deja a Newell's fuera.

La tanda comenzó con Banega, quien había fallado un penal en Mendoza ante Independiente Rivadavia, pero esta vez definió con categoría y abría el camino. Kimberley respondía y se ponía 3-1. David Sotelo descontó, poniendo el 3-2, hasta que llegó el penal volado de los marplatenses. Entonces, Víctor Cuesta empataba 3-3.

Allí apareció Juanchón García, el delantero que había errado su penal en Tucumán con un disparo débil, y que cargaba con esa deuda. Esta vez, lejos de los titubeos, la clavó al ángulo y puso el 4-4, desatando un suspiro colectivo en el banco y en la tribuna rojinegra.

El grito llegó cuando Santiago Vázquez tiró el penal muy por encima del travesaño. Entonces, fue el turno de Fernando Cardozo, quien había ingresado por Gonzalo Maroni en el segundo tiempo. Con un remate seguro, le dio a Newell's el 5-4 final y la clasificación.

La gran incógnita de la noche fue la presencia pasiva de Keylor Navas, quien ni la tocó en todo el encuentro. Apenas dos saques de arco y una salida con los puños en el arranque. Kimberley prácticamente no lo inquietó. En cambio, Casas tuvo atajadas clave: una al final del primer tiempo a Cocoliso, otra más en el complemento, un cabezazo de Cuesta, y toda una noche de seguridad ante un César González que erró todo pese a su enorme esfuerzo.

Así se explicó esta sufrida victoria leprosa: entre yerros y redenciones, con un arquero sin acción y otro convertido en figura. Y con un equipo que, aunque lejos del brillo, terminó festejando.