Un estudio llevado a cabo por docentes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) expone cómo las juventudes actuales acceden a la información dentro de un ecosistema mayoritariamente digital, caracterizado por un flujo constante y, en ocasiones, no deliberado de datos. El smartphone se consolida como el dispositivo preferente para este acceso, dado que los jóvenes se informan primordialmente mediante redes sociales y aplicaciones específicas. En este contexto, desarrollan activamente estrategias de seguimiento y verificación de contenidos para combatir la desinformación.
Los jóvenes muestran una inclinación por los formatos visuales y audiovisuales disponibles en plataformas como TikTok e Instagram, valorando su inmediatez y facilidad de acceso. Consideran a los influencers como fuentes cercanas y fiables, especialmente cuando abordan temas de importancia social y política. Dentro de un panorama donde los algoritmos modelan y, a la vez, restringen sus experiencias de consumo, las juventudes están forjando nuevas formas de ciudadanía conectiva que reconfiguran su participación en la esfera social.
Para obtener estas conclusiones, se realizaron focus groups con estudiantes universitarios de entre 18 y 24 años, matriculados en carreras de comunicación social y periodismo de 43 universidades en 9 países latinoamericanos. Esta investigación representa una colaboración entre un proyecto de la UNR y la red "Investigar en red", conformada por docentes investigadores de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela.
Cómo se Informan las Juventudes
En el entorno actual dominado por plataformas digitales y redes sociales, las juventudes están modificando sus hábitos de consumo informativo. Los medios tradicionales para informarse –como la televisión, la radio y la prensa escrita– ceden terreno progresivamente ante el smartphone. Este dispositivo móvil actúa como el principal portal hacia el consumo incidental de noticias: los jóvenes ya no buscan activamente la información, sino que la encuentran mientras navegan (scrollean/swipean) por sus pantallas, inmersos en sus redes sociales, en cualquier instante y ubicación.
Mediante el trabajo de campo, se ha constatado que no hay un único patrón de consumo informativo. Dependiendo de sus intereses y necesidades, los jóvenes adoptan distintos modos de consumo y recurren a diversas plataformas y medios para interactuar con las noticias. Se analizaron las dinámicas de credibilidad, interacción y engagement que definen este fenómeno, cuyas características se detallan a continuación.
Los jóvenes transitan entre diversas tareas con gran agilidad. Por ejemplo, mientras utilizan sus teléfonos, pueden estar enviando mensajes a amigos, realizando compras, jugando, poniéndose al día con novedades sociales, escuchando podcasts y, simultáneamente, accediendo a contenidos informativos. Han desarrollado habilidades de búsqueda avanzadas para eludir la saturación informativa, la información incorrecta y las fake news, empleando para ello boletines informativos (newsletters) y notificaciones de aplicaciones de noticias.
Paralelamente, demandan métodos simples para rastrear y verificar la información que captura su atención. Reclaman, además, narrativas que les resulten atractivas, presentadas con un tono adecuado y un diseño visual o audiovisual cautivador. Prefieren obtener información de personas que conocen o sienten conocer, como sus influencers predilectos. Esta tendencia es especialmente notable durante campañas políticas, donde otorgan importancia a la comunicación interpersonal con familiares, amigos y figuras de referencia. Dan prioridad a la información que pueden compartir y que les permite sentirse actualizados, conectados y validados socialmente.
Su relación con la información abarca no solo lo que consideran necesario saber, sino también lo que resulta útil, interesante o entretenido. Por ello, optan por contenidos educativos, que mejoren sus competencias o les sirvan de inspiración. La frontera entre información y entretenimiento se difumina cada vez más, dando lugar a nuevas formas narrativas, como se observa en programas de streaming, donde los jóvenes decodifican eficazmente los contenidos presentados.
Evitación de Noticias
Un comportamiento observado con creciente relevancia entre los adultos jóvenes entrevistados es la evitación activa de las noticias. Existen diversas razones para esta conducta. Determinados temas, como los episodios de violencia en las calles de Rosario, y la manera en que son cubiertos (particularmente por la televisión), pueden resultar deprimentes e inducir estados de ánimo negativos como tristeza, miedo, ira o una sensación de impotencia, lo que les lleva a eludir dicho tipo de información. Otras emociones asociadas incluyen la ansiedad y el agotamiento derivados de la sobreexposición informativa. La percepción de no poder influir en los acontecimientos reportados también contribuye a esta evitación.
Otra causa fundamental de la evitación de noticias se relaciona con la desconfianza hacia los medios de comunicación y la calidad de sus contenidos, especialmente la percepción de que el enfoque periodístico está dominado por intereses comerciales o políticos.
La intensificación de la polarización política en las democracias occidentales ha generado una polarización mediática paralela. Esto ha resultado en una disminución de la confianza ciudadana hacia aquellos medios con los que no comparten afinidad ideológica.
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