Comenzó abril y con él, las familias argentinas vuelven a sacar la calculadora para enfrentar los gastos mensuales. En la mayoría de los hogares, el alquiler es la primera deuda que se cancela, y hoy existen diferentes métodos para actualizar su valor. Para quienes aún están bajo el régimen de la ley anterior, los aumentos pueden llegar hasta el 117%.
Algunos inquilinos abonan el alquiler durante los primeros días del mes; otros, esperan hasta el límite. Lo fundamental es revisar la cláusula de ajuste que figura en el contrato de locación y verificar que el importe abonado o por abonar sea el correcto. Actualmente, coexisten al menos tres métodos de actualización contractual.
Los inquilinos que firmaron contrato en abril de 2023 o abril de 2022 deberán aplicar la actualización anual bajo el Índice de Contrato de Locación (ICL), que contempla la evolución de salarios e inflación. Este indicador es publicado por el Banco Central y se actualiza diariamente. En estos casos, al valor anterior se le suma un incremento del 117%. Por ejemplo, quienes pagaban $300.000 en marzo, desde este mes abonarán $650.500.
Otra modalidad vigente fue el índice Casa Propia, una herramienta transitoria utilizada entre el ICL y la actual desregulación. Este sistema también considera inflación y salarios, pero aplica el indicador que menos aumentó, lo que genera subas más moderadas. Aunque inicialmente fue pensado para contratos semestrales, algunos lo aplicaron en ciclos trimestrales o cuatrimestrales. En abril, por ejemplo, quienes iniciaron contrato en octubre de 2024 y pagaban $300.000 tendrán una suba del 56,7%, comenzando a pagar $470.100.
Con la desregulación impulsada por el gobierno de Javier Milei en diciembre de 2024, apareció una tercera modalidad: contratos acordados libremente por las partes, donde predominan ajustes trimestrales según la inflación (IPC). Para contratos iniciados en enero de 2025 con este esquema, el ajuste de abril es del 7,1%. Es decir, quienes pagaban $300.000, ahora deberán pagar $321.500.
El alquiler, un dolor de cabeza
Las reformas implementadas por el gobierno libertario de Javier Milei buscaron dar respuesta a demandas de propietarios e inmobiliarias, especialmente en lo referente a la actualización de precios. Si bien estas medidas lograron incrementar la oferta en el mercado locativo, ahora el gran obstáculo para las familias son los costos de ingreso y los gastos mensuales para alquilar una vivienda.
Según el último informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso), la mediana de precios en Rosario se ubica en $250.000 para monoambientes, $330.000 para departamentos de dos ambientes, y $400.000 para unidades de tres. Los aumentos interanuales fueron del 66,7%, 78,4% y 66,7% respectivamente, según los valores publicados en portales inmobiliarios.
Esto implica que un jubilado que percibe la mínima, de $349.122, debe destinar el 71,6% de su ingreso solo para alquilar un monoambiente, sin incluir expensas ni servicios.
A esta problemática se suman las expensas, que se han transformado en otro gasto considerable. El informe del Ceso revela que en marzo, las expensas representaron el 16% del valor del alquiler en Rosario, casi el doble del 9% registrado en marzo de 2024.
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