La apertura del año legislativo 2025 dejó en evidencia la creciente tensión en la política argentina. Javier Milei ofreció un discurso de 70 minutos cargado de insultos y autoelogios, en un Congreso semivacío y sin la presencia de reporteros gráficos ni camarógrafos de medios de comunicación. La transmisión, estrictamente controlada, no logró evitar que el fuerte cacerolazo en las afueras del recinto se colara en la emisión oficial.
Un discurso sin prensa y con censura
Desde el inicio, la puesta en escena mostró un fuerte cerrojo informativo. "No necesitamos periodistas mentirosos pagados por el erario público", exclamó Milei, justificando la exclusión de la prensa, en una jornada marcada por la ausencia de cobertura independiente.
En un intento por reforzar su narrativa, el mandatario evitó mostrar las bancas vacías y enfocó la cámara en los simpatizantes oficialistas en los palcos. Sin embargo, un descuido técnico permitió que el cacerolazo resonara en la transmisión, dejando en evidencia el malestar social.
Relato económico y omisiones
Milei insistió en que su gestión es "el mejor gobierno de la historia argentina", asegurando que ha cumplido el 97% de sus promesas en solo un año. También resaltó la reducción del déficit fiscal, asegurando haber cerrado más de 200 áreas del Poder Ejecutivo y despedido a 40 mil empleados públicos.
Sin embargo, sus anuncios contrastan con la dura realidad económica. Mientras celebraba un supuesto control de la inflación, la semana estuvo marcada por la caída de reservas del Banco Central y las gestiones del ministro Toto Caputo en busca de auxilio financiero del FMI con la intermediación de Donald Trump.
Ataques y tensiones en el Congreso
El discurso no estuvo exento de conflictos. Milei criticó con dureza a los gobernadores, en especial a Axel Kicillof, a quien responsabilizó por la inseguridad en la provincia de Buenos Aires y amenazó con intervenirle la gestión. Además, afirmó que "la obra pública no genera empleo, genera impuestos", justificando así su paralización en todo el país.
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando el radical Facundo Manes mostró una Constitución en plena sesión. El presidente lo atacó verbalmente, y según denunció el propio legislador, minutos después fue increpado y golpeado por un allegado al asesor presidencial Santiago Caputo.
Pullaro: un mensaje con otro tono
Antes del discurso presidencial, el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro fue uno de los pocos mandatarios provinciales presentes en el recinto. En sus declaraciones, mostró una postura más conciliadora y pidió una reactivación de la obra pública, asegurando que "es clave para el desarrollo y el empleo".
En materia de seguridad, reconoció avances, aunque sostuvo que "todavía no estamos bien", destacando la necesidad de mayor articulación entre Nación y las provincias.
El telón de fondo: cacerolazos y caída de audiencia
El cierre de la jornada fue un reflejo del clima político actual. Milei se retiró hacia Casa Rosada bajo un renovado cacerolazo, mientras la transmisión oficial, que comenzó con alto rating en los canales de aire, perdió la mitad de la audiencia en el transcurso del discurso.
Con un Congreso semivacío, sin prensa y con insultos como protagonistas, la apertura del año legislativo mostró un presidente más confrontativo que nunca, aferrado a un relato que choca con la realidad del país.
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