Sancor, la emblemática cooperativa láctea, continúa en una profunda crisis financiera y evalúa rematar más de 430 mil kilos de quesos almacenados en sus plantas de Gálvez (Santa Fe) y La Carlota (Córdoba). Esta medida surge tras el inicio de su concurso preventivo de acreedores y tiene como objetivo abonar parte de la deuda con el fondo inversor IIG Structured Trade Finance Fund Ltd.
El grupo inversor decidió ejecutar la garantía de su crédito, lo que implica la subasta de 268.672 kilos de queso de pasta dura y 168.250 kilos de queso semiduro, alcanzando un total de 436.922 kilos de producto. La venta se llevará a cabo el 28 de febrero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un precio base cercano a los 3 millones de dólares.
UN INTENTO MÁS PARA EVITAR EL REMATE
Esta no es la primera vez que Sancor enfrenta una situación similar. En julio de 2024, la empresa logró evitar el remate de productos valuados en 5 millones de dólares al alcanzar un acuerdo con su acreedor. Sin embargo, en esta oportunidad, la posibilidad de una negociación parece más lejana, especialmente con el proceso de concurso preventivo en marcha.
La única alternativa para frenar la subasta sería que el juez a cargo disponga su suspensión.
UNA CRISIS QUE SE AGRAVA
Sancor Cooperativas Unidas Limitada, una de las principales empresas del sector lácteo en Argentina, atraviesa un difícil proceso de recuperación. La semana pasada, el juez Guillermo Adrián Vales, del Juzgado Civil y Comercial de la 4ta. Nominación de Rafaela, ordenó la apertura del concurso preventivo de acreedores, en un intento por reestructurar las deudas millonarias que la empresa mantiene con el fisco y con trabajadores.
El pasivo de Sancor alcanzaría los 400 millones de dólares, una cifra que la empresa no ha logrado afrontar. En paralelo, la cooperativa envió más de 300 telegramas de despido entre sus cinco plantas, dos de ellas en Santa Fe.
UNA LENTA CAÍDA DESDE 2016
Fundada en 1938 en Sunchales (Santa Fe), Sancor llegó a ser la empresa láctea más grande del país. Sin embargo, en 2016 inició un proceso de ajuste que la llevó a reducir su planta de empleados en un 73 %, pasando de 5.100 a 1.350 trabajadores, sin contar los 300 despidos recientes.
Desde entonces, la empresa vendió su línea de productos frescos, cedió fábricas y redujo su capacidad productiva. En 2018, se desprendió de dos establecimientos industriales en Morteros y Chivilcoy por 45 millones de dólares. Antes, en otra operación, la firma danesa Arla Foods adquirió por 33 millones de dólares el 50 % de la planta industrial Porteña, especializada en la producción de proteína de suero de queso.
La cooperativa sigue sin encontrar un socio estratégico que pueda asumir su deuda de 400 millones de dólares y aportar capital para reactivar la producción. Mientras tanto, muchos tamberos han optado por vender su leche a otras empresas lácteas debido a los problemas de pago de Sancor, agravando aún más su situación.
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