La imagen de los jugadores de Newell's abandonando el campo tras la derrota en Santiago del Estero refleja un presente preocupante. Mariano Soso no logra dar con la tecla y el equipo parece desmoronarse en el peor momento posible, justo antes del esperado choque ante Rosario Central.
Si hay una esperanza para los rojinegros, radica en la imprevisibilidad de estos encuentros, donde muchas veces la actualidad de los equipos queda en un segundo plano. Porque en todo lo demás, Newell's está claramente por detrás de su clásico rival.
Mientras en Arroyito se observa un equipo consolidado, en el Parque Independencia la realidad es otra. Newell’s ha involucionado respecto al cierre de 2024, un año ya de por sí malo, maquillado únicamente por la ilusión que generó el triunfo sobre Talleres en Córdoba.
Un equipo sin identidad
Los principios futbolísticos que intenta implantar Soso parecen difusos. Da la sensación de que prioriza su idea por sobre los intérpretes, pero esa idea cambia constantemente y no termina de plasmarse.
Newell’s carece de una identidad clara:
- No es un equipo agresivo con la pelota.
- No es un equipo seguro en defensa.
- No es un equipo que se adueñe del juego ni que pase rápido al ataque.
- No tiene un retroceso confiable.
- No cuenta con jugadores que parezcan aptos para determinados roles.
Aún no hay equipo en Newell's.
La única luz en la oscuridad
El único punto positivo es el debut de Keylor Navas, quien, a pesar de las dudas sobre su inactividad, dejó buenas sensaciones. Pero poco más ilusiona.
El equipo de Soso parece un rompecabezas sin forma definida: esquemas cambiantes, jugadores en múltiples posiciones dentro del mismo partido y ninguna certeza táctica. Ni el buen nivel de Cardozo ante Aldosivi, ni la versatilidad de Silvetti, ni los destellos de Maroni parecen poder ser capitalizados.
¿Últimas horas de Soso en el banco?
El runrún en Newell’s es innegable. No solo el clásico, sino que el partido del miércoles ante Defensa y Justicia podría ser determinante para el futuro del entrenador. Sin un candidato claro para reemplazarlo, pocos se animarían a tomar este fierro caliente.
La única certeza es que Newell’s parece haber tocado fondo. Desde aquí, la única opción es mejorar. ¿Están a tiempo?
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