El presidente Donald Trump, a la izquierda, y el presidente ruso Vladimir Putin se dan la mano al comienzo de una reunión en el Palacio Presidencial en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio de 2018. (Foto AP/Archivo)
Donald Trump intensificó este miércoles su presión sobre Vladimir Putin con amenazas de sanciones y aranceles, en un intento por alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania. Sin embargo, Rusia avanza en su propia estrategia: fortalecer su relación militar con Irán, con quien firmó recientemente un tratado de cooperación en defensa.
“Si no llegamos a un acuerdo pronto, no tendré otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a cualquier producto que Rusia venda a Estados Unidos y a otros países”, escribió Trump en su red Truth Social. Esta advertencia también parece apuntar indirectamente a los aliados de Moscú como China, Irán y Corea del Norte, que ya enfrentan restricciones comerciales por parte de Washington.
El llamado de Trump a Putin: "Poné fin a esta guerra ridícula"
Trump instó enfáticamente a Putin a acabar con el conflicto que lleva casi tres años. “Voy a hacerle a Rusia, cuya economía está fallando, y al presidente Putin, un FAVOR muy grande. ¡Pónganse de acuerdo ahora y PAREN esta ridícula guerra! SOLO VA A EMPEORAR”, escribió en mayúsculas.
La administración Trump se ha fijado un plazo de 100 días para negociar la paz, según Keith Kellogg, enviado especial de la Casa Blanca para Ucrania y Rusia. No obstante, aún no se ha definido una fecha para un encuentro entre Trump y Putin.
Por otro lado, Trump evalúa si continuará con la política de su predecesor, Joe Biden, de enviar armas y dinero a Ucrania, algo que prometió cancelar durante su campaña. “Estamos examinando eso”, comentó en una conferencia de prensa.
Rusia e Irán fortalecen su vínculo militar
Mientras Trump presiona, Rusia y Teherán estrechan lazos estratégicos. Ambos países firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica Integral que abarca cooperación en defensa, en un momento en que Irán ya provee drones y misiles a Moscú. Este pacto, firmado en Moscú por Vladimir Putin y el presidente iraní Masud Pezeshkian, ha generado preocupación en Occidente.
El acuerdo incluye intercambio de inteligencia y aspectos de seguridad, aunque expertos lo consideran menos comprometedor que el tratado entre Rusia y Corea del Norte, que implicó el envío de soldados norcoreanos a la región de Kursk. “Ambas partes buscan fortalecer su relación sin asumir compromisos que puedan afectar su política exterior en otros frentes”, explicó Oleg Ignatov, especialista en política rusa del Crisis Group.
Además, en noviembre pasado, ambos países conectaron sus sistemas bancarios para sortear sanciones de Europa y Estados Unidos, consolidando aún más su cooperación estratégica.
El canciller ruso Serguéi Lavrov enfatizó que el acuerdo con Irán “no está dirigido contra ningún otro país y tiene un carácter constructivo”, mientras que su homólogo iraní Abás Araqchí afirmó que el pacto representa un “reforzamiento de la seguridad común”.
Este acercamiento entre Rusia e Irán se enmarca en un panorama global complejo, con alianzas y tensiones que podrían redefinir el equilibrio geopolítico.