Mario Alberto Fernández, un hombre de 42 años, fue asesinado a balazos el martes por la tarde en el barrio Triángulo y Moderno, cerca de su vivienda en Gaucho Rivero al 5700. La víctima resultó ser primo de Guille Cantero, líder del clan Los Monos, y sobrino de Celestina Contreras, según se confirmó este miércoles. Aunque algunos lo situaban como integrante de la banda, no se encontraron registros que lo vincularan directamente con actividades delictivas. Fernández era propietario de un minimarket y llevaba una vida aparentemente tranquila.
El ataque y hallazgo del vehículo
El asesinato ocurrió alrededor de las 19, cuando Fernández fue interceptado por ocupantes de un Ford K gris, desde donde le dispararon. Un vecino lo trasladó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, pero ya había fallecido. En el lugar del crimen, la policía levantó ocho vainas servidas. Minutos más tarde, el vehículo utilizado en el ataque fue hallado abandonado en inmediaciones de los Fonavi, sobre Francia al 4500. En su interior, los oficiales encontraron un cartucho intacto que podría ser clave para esclarecer el caso.
Un barrio marcado por el miedo
En la zona de los Fonavi, los pasillos se ven vacíos y los vecinos callan ante la amenaza constante de las bandas. "Acá si decís algo te mandan a tirotear la casa", comentó una vecina, quien señaló que el miedo a una guerra entre grupos está latente. No obstante, el caso de Fernández parece estar desconectado de estas disputas relacionadas con la venta de drogas.
La conexión familiar y los conflictos históricos
La familia Fernández tiene un lazo histórico con los Cantero. Mario Fernández era sobrino de Ariel Cantero padre, conocido como "el viejo", quien lideró la banda desde 2003 tras la muerte de su cuñado Juan Carlos Fernández, alias "el Mono Grande". Estas conexiones familiares enredan aún más las relaciones de poder en la zona sur de la ciudad.
Aunque Fernández no tenía antecedentes ni vínculos notorios con actividades ilícitas, algunas fuentes especulan que su asesinato podría ser un mensaje para el clan. "Los muchachos de la barra van por todo, y este muchacho Fernández no molestaba a nadie. Por ahí por eso lo mataron, era fácil. No era un peso pesado ni mucho menos", expresó un conocedor de las dinámicas del lugar.
El caso, rodeado de misterio, refleja una vez más las tensiones y complejidades de los lazos entre familias y el crimen organizado en Rosario.