Como si se tratara de un capítulo anunciado, este sábado la vivienda de Leopoldo Martín Martínez, alias
"Pitito", señalado como posible sucesor del asesinado Andrés
"Pillín" Bracamonte al frente de la barra brava de Rosario Central, fue blanco de un ataque armado. El hecho ocurrió al atardecer, poco antes del partido entre Central y Racing en el Gigante de Arroyito, en un contexto de alta tensión tras el crimen del histórico líder del paravalanchas.
El ataque tuvo lugar en una casa ubicada en Schmidl al 3800, en el barrio Villa Manuelita. Según la pareja de "Pitito", una mujer de 46 años, estaba en el interior de la vivienda cuando escuchó las detonaciones. Personal de balística luego halló tres proyectiles y cinco vainas de calibre 40 milímetros en la escena. En la fachada de la casa, se encontraron al menos cinco impactos: dos en la puerta, uno con perforación y otros dos en la estructura frontal. Este no es el primer ataque contra el domicilio, que ya había sido baleado anteriormente, incluido un incidente en 2020 cuando "Pitito" resultó herido en la espalda mientras estaba en la vereda.
Un escenario marcado por venganzas y disputas
Desde el asesinato de "Pillín" el 9 de noviembre, la barra de Central enfrenta una escalada de violencia. Ese día, el líder fue emboscado junto a su segundo, Daniel "Rana" Attardo, tras un partido. "Pitito", quien condujo la camioneta que trasladó a Bracamonte agonizante al hospital Centenario, desapareció de la escena pública poco después.
Fuentes policiales y del submundo delictivo afirman que Martínez quedó bajo sospecha como posible heredero del liderazgo en la barra, en un ambiente enrarecido por múltiples teorías sobre el golpe de mando tras la muerte de "Pillín". Además de sus vínculos con Los Monos, donde es considerado un hombre cercano al clan Cantero, "Pitito" fue visto en ocasiones con integrantes de la facción rival encabezada por Fabián "Calavera" Pelozo, presuntamente conectado con Esteban Alvarado, enemigo acérrimo de Los Monos.
Una disputa que trasciende el fútbol
La tensión en la barra brava de Central refleja la complejidad de las redes delictivas en Rosario. Mientras la facción de "Pillín" convivía bajo un frágil acuerdo entre Los Monos y grupos aliados de Alvarado, el asesinato del líder desató un caos. Según las principales hipótesis, una coalición entre disidentes de Los Monos y la facción de Pelozo habría conspirado para ejecutarlo, contando con el apoyo de la banda de "Los Menores" del barrio 7 de Septiembre.
Con "Pitito" señalado como un posible sucesor de Bracamonte, y en un entorno cargado de sospechas y rencores, el ataque a su vivienda reaviva las tensiones. Mientras tanto, el estadio del Gigante de Arroyito permanece con la tribuna popular clausurada, reflejo simbólico de una barra que enfrenta su momento más crítico.