El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, destacó este lunes su participación en la Cumbre del G20 en Brasil, pero dejó en claro que «no acompaña» varios puntos de la declaración conjunta de los países miembros. Entre las críticas más contundentes, se rechazó la idea de que «una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre».
Pese a estas objeciones, la administración argentina formalizó su adhesión a la Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa promovida por el presidente brasileño y anfitrión del evento, Lula Da Silva.
En un comunicado oficial, el gobierno de Milei expresó que estos organismos internacionales fueron creados para «cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomas, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas», pero enfatizó que «desde hace tiempo que está en falta con su propósito original».
El mensaje señaló que, durante la participación de Argentina en el G20, «el Presidente Javier Milei ha dejado en claro que no acompaña varios puntos de la declaración», entre ellos:
- «La promoción de la limitación de la libertad de expresión en redes sociales»,
- «El esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global»,
- «El trato desigual ante la ley»,
- Y especialmente, «la noción de que una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre».
Desde el gobierno argentino, se advirtió que «cada vez que se intentó combatir el hambre y la pobreza con medidas que incrementaban la presencia del Estado en la economía, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital, además de millones de muertes de vidas humanas».
En contraposición, propusieron como solución la «desregulación de la actividad económica para facilitar el comercio», asegurando que esta política «ya está dando sus frutos» en el país. Además, llamaron a los líderes mundiales a seguir un camino similar.
Aunque Argentina expresó críticas hacia la declaración de presidentes, firmó su adhesión a la Alianza Global Contra el Hambre, un pacto respaldado por 82 países, 24 organizaciones internacionales, 9 instituciones financieras internacionales y 31 organizaciones filantrópicas.
