La inversión educativa nacional para 2025 será la más baja en relación al Producto Bruto Interno (PBI) desde 2015, con solo el 0,88%. Esta cifra está por debajo del 0,91% previsto en 2024 y del 1,48% en 2023, según el proyecto de Presupuesto enviado por el Ejecutivo. Además, se eliminarán programas como “Mejoramiento de la calidad educativa”, “Conectar Igualdad”, “Fortalecimiento territorial” y “Acompañamiento de organizaciones educativas”.
Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, encabezado por Javier Curcio (UBA-CONICET), revela que la educación superior recibirá el 66,5% del presupuesto de la Secretaría de Educación, mientras que el Plan Nacional de Alfabetización obtendrá el 11,6%. Desde 2015, el porcentaje del PBI destinado a educación ha disminuido, alcanzando su punto más bajo en 2019 con un 1,08%.
A pesar de la leve mejora en términos nominales, con un incremento del 0,65% proyectado para 2025, el análisis ajustado por inflación indica una nueva caída en términos reales, con una reducción del 6,93% en el área de “Educación y Cultura”. La Secretaría de Educación será una de las cinco áreas con mayor aumento de fondos (6,87%), aunque superada por otras áreas como Salud (146,75%) y el Poder Judicial (6,97%).
Según Mariano Narodowski, ex ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, el presupuesto educativo sigue favoreciendo a las universidades, mientras “el gasto público en general se reduce de manera brutal”, lo que cumpliría la promesa de un ajuste drástico hecha durante la campaña electoral. Narodowski también advierte sobre la falta de reacción de las familias afectadas por la reducción de la inversión en educación básica.
El informe detalla que el Plan Nacional de Alfabetización recibirá fondos por primera vez en 2025, pero algunos programas clave serán eliminados, como “Conectar Igualdad”, que buscaba reducir la brecha digital entre los estudiantes. El economista Jorge Lo Cascio calificó esta medida como “una regresión muy fuerte”, subrayando que el 66% de los niños menores de 14 años viven en la pobreza y que la eliminación de este programa limita sus posibilidades de alcanzar una alfabetización digital adecuada.
Por su parte, Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso, insiste en que no solo se debe aumentar la inversión, sino hacerlo de manera “estratégica”, priorizando programas que integren a las familias desde la primera infancia para garantizar que los niños lleguen a la escuela con las herramientas necesarias para aprender y prosperar.
Finalmente, Nicolás Trotta, ex ministro de Educación de la Nación, advirtió sobre la “ruptura de la tendencia de recuperación de inversión educativa” tras la pandemia, mientras que Isidro Guardarucci, economista de FIEL, resaltó la falta de un cambio en la postura gubernamental respecto al presupuesto universitario, enfatizando la necesidad de avanzar en evaluaciones de calidad y eficiencia del sistema educativo.