El Gobierno ha decidido devolver los $100.000 millones asignados a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), después de que el Congreso rechazara el decreto que otorgaba estos fondos. Desde la Casa Rosada, se responsabiliza a los senadores del PRO y la UCR por esta situación, acusándolos de "desfinanciar la seguridad". En particular, hay molestia con Eduardo Vischi, jefe del bloque de la UCR en el Senado.
Un alto funcionario declaró a TN que "los que votaron en contra de los gastos reservados van a tener que hacerse cargo si ocurre algún atentado", haciendo referencia a una reciente amenaza de Irán que justificaba, según el Gobierno, la necesidad de mejorar la tecnología de inteligencia.
El Ejecutivo evaluó distintas alternativas para retener el presupuesto de la SIDE, incluida la posibilidad de fraccionar los montos en diferentes decretos. Sin embargo, optó por devolver el dinero al Tesoro para evitar posibles conflictos jurídicos. Se descartó también la opción de un decreto secreto, ya que consideran que cualquier incremento presupuestario debe ser publicado oficialmente o impulsado por ley.
A pesar de que el Presupuesto Abierto refleja que $80.893 millones ya han sido pagados, el Gobierno sostiene que los fondos no fueron utilizados y que tenían una asignación específica. El titular de la SIDE, Sergio Neiffert, tenía planes de emplear estos recursos para la compra de equipamiento tecnológico, en el marco de la reestructuración del organismo, que ahora está dividido en cuatro agencias: Seguridad Nacional, Inteligencia Argentina, Ciberseguridad y Asuntos Internos.
La Casa Rosada acusa a la oposición de reducir la capacidad de prevención ante posibles atentados. Como ejemplo, mencionan la amenaza explosiva recibida por Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Mientras la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, atribuye la amenaza a fuerzas anarquistas, otro sector vinculado a la SIDE investiga una posible relación con Hezbollah, dado el vínculo de Pino con la comunidad judía y su cercanía al presidente Milei.
En respuesta a estos riesgos, el Gobierno ha fortalecido su cooperación con los servicios de inteligencia de Estados Unidos (CIA) e Israel (Mossad). Hace unos meses, la Casa Rosada recibió una alerta sobre la vida del presidente, lo que llevó a un cambio de equipamiento de su equipo de seguridad. Además, hay rumores de que Mario Suli, secretario privado del mandatario, podría tener vínculos con la inteligencia israelí.
La crítica del Ejecutivo se centró en Eduardo Vischi, quien permitió el tratamiento del decreto en la Cámara Alta, donde finalmente fue rechazado. La decisión tomó por sorpresa a los miembros de la mesa política del Gobierno. Un alto funcionario expresó su descontento: "Rompieron un acuerdo y nos clavaron un puñal por la espalda. No fue lo que arreglamos en labor parlamentaria. Quedamos en que Neiffert iba a exponer el martes".
Este nuevo revés político pone en el centro de la discusión el manejo de los fondos de seguridad y las tensiones entre el Gobierno y la oposición en un contexto de creciente preocupación por la seguridad nacional.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.
📝 ¡Gracias por tu lectura!
Tu feedback no solo mejora el contenido, sino que también inspira a otros lectores.