El Gobierno centra su atención en la Cancillería tras la renuncia de Russo: "No sigue la línea de Milei"

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 Javier Milei junto a la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino (Foto: EFE).

Tras la renuncia del ministro de Salud, Mario Russo, el Gobierno ha enfocado su atención en la Cancillería, expresando malestar con su actual dirección política y evaluando cambios internos. En la Casa Rosada apuntan especialmente contra el vicecanciller, Leopoldo Sahores, al que acusan de no alinearse con las directrices del presidente Javier Milei.

El vicecanciller, Leopoldo Sahores (Foto: La noticia web).

"Hay diplomáticos que no entendieron que Milei ganó las elecciones y van en contra de la línea que bajó el Presidente. Si no se ordenan, les queda poco tiempo", afirmó un funcionario a TN.

A pesar de las tensiones, desde Balcarce 50 buscan mantener a la actual ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, a quien consideran que está enfrentando una "batalla interna" dentro del Ministerio, pero con áreas que no puede controlar. Por ello, el Ejecutivo envió a la abogada Úrsula Basset como interventora no oficial. Basset responde a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y supervisa la postura de Argentina sobre la agenda internacional 2023.

Además, el círculo cercano al presidente designó a Nahuel Sotelo como secretario de Culto, otorgándole también la responsabilidad de coordinar con el Ministerio de Justicia sobre las políticas internacionales en derechos humanos. Sotelo, cercano a Karina Milei y al asesor presidencial Santiago Caputo, nombró a Agustín Ezequiel Caulo como subsecretario de Culto y a Martín Francisco Montes en Derechos Humanos y Civilización.

La Casa Rosada ha dejado claro que todos los diplomáticos de la Cancillería deben seguir la línea de Milei respecto a temas como la agenda 2023 y el conflicto Israel-Palestina. Esta directriz ha generado tensiones, especialmente con el embajador argentino ante la ONU, Ricardo Lagorio, quien ha expresado puntos de vista en desacuerdo con el Ejecutivo.

En su estrategia internacional, el Gobierno de Milei busca establecer un "frente de resistencia" contra las políticas económicas, sociales, ambientales y de género promovidas por la ONU. En este contexto, el presidente considera aliados a líderes como Giorgia Meloni (Italia), Viktor Orbán (Hungría) y Nayib Bukele (El Salvador).

Simultáneamente, se intenta fortalecer la relación con China. En la Casa Rosada buscan reactivar las obras de las represas de Santa Cruz y mantener un diálogo fluido con el gobierno de Xi Jinping sobre la renovación del swap de monedas por 6000 millones de dólares. Milei, consciente de la importancia de este vínculo, optó por no criticar a China en su reciente discurso ante la ONU. "No era el momento. Hay conversaciones y una intención de tener un mejor vínculo", sostuvo un funcionario.

Aunque la situación política sigue tensa, el Gobierno pretende evitar más reemplazos ministeriales y mantener la actual composición del Gabinete al menos hasta las elecciones legislativas de 2025. Las fricciones entre la mesa chica y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, parecen haberse resuelto. Según fuentes cercanas al Ejecutivo, "se ordenó" la situación y, mientras los ministros comprendan sus roles, no se prevén más cambios. "El problema en Salud fue que no puede haber dos cabezas", concluyó un alto colaborador.

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