La crisis económica ha golpeado fuertemente a los consumidores argentinos, rompiendo la elasticidad de la demanda interna de carne vacuna, el alimento preferido en el país. La caída en el poder adquisitivo de las familias ha generado un marcado descenso en el consumo, lo que ha hecho que las expectativas de recuperación de los precios del ganado en el corto plazo sean prácticamente nulas.
A pesar de que la inflación promedio en agosto fue de un 4,2%, según informó el INDEC, los precios de la carne vacuna subieron mucho menos. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los aumentos en la carne durante el mes pasado fueron del 1,2% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), del 1,5% en Rosario, y del 2,9% en Córdoba. En términos anuales, la carne vacuna aumentó un 197%, frente a una inflación del 236%, lo que revela una diferencia significativa de 39 puntos porcentuales. Este desajuste refleja los problemas de la demanda interna, principalmente debido al aumento de costos en rubros esenciales como las tarifas de servicios públicos.
La sobreoferta en los feedlots también es evidente. Durante agosto, había 2,05 millones de animales en los corrales, y en septiembre esa cifra apenas descendió a 1,95 millones. Muchos productores prefieren extender el proceso de engorde a la espera de mejores precios, aunque esto dificulta reponer hacienda. No obstante, el vaciamiento de los corrales ha comenzado y se espera que se prolongue hasta fin de año, lo que profundizaría la crisis de precios tanto de la carne como del ganado.
Según datos del Senasa, en agosto ingresaron a los feedlots 396.000 vacunos y salieron 446.000, marcando el inicio de este proceso de vaciamiento, que podría intensificarse en los próximos meses. La falta de oferta de terneros también ha impactado en los precios, con valores de hasta 2700 pesos por kilo vivo para machos, y de 2400 pesos para las terneras.
El consumo interno tampoco ayuda. Novillitos y vaquillonas que llegaron a valer 2300 o 2400 pesos por kilo vivo en meses anteriores, ahora se negocian en el Mercado de Cañuelas a 2000 pesos. Si se ajustaran a la inflación, deberían cotizarse en 2800 pesos, lo que indica un retraso del 30% y una fuerte descapitalización en términos reales.
Relación de precios y auge de carnes alternativas
La relación entre el precio del kilo de pollo y el de asado es la peor en cinco años. Hoy, con un kilo de asado se pueden comprar 2,9 kilos de pollo, y la situación es similar con el cerdo, donde la proporción es de 1 a 1,2. El consumo de pollo ha aumentado, a pesar de que sus precios subieron un 240% interanual, especialmente en los trozados, que dominan el mercado. Por su parte, la carne de cerdo también ha ganado espacio en la dieta de los argentinos, con un consumo per cápita de 18 a 20 kilos anuales.
La competencia entre estas carnes y la vacuna continuará siendo intensa en los próximos meses, mientras el consumo interno sigue desplazándose hacia opciones más económicas.
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